domingo, 18 de agosto de 2013

Mi vigésimo cumpleaños

Empezando con nivel: Google se niega a llegar tarde al festejo, faltaría más.

Estimados (si es que ya tengo alguno) lectores, ¿recordáis que en la presentación puse que tenía (por poco tiempo) 19 años? Pues bien, ayer, 18 de agosto, fue mi cumpleaños, así que ya son 20. No sufráis, no obstante, por mí, pues la edad no me pesa, la llevo muy bien, y sé que muchos pensaréis que digo esto porque soy joven, pero no es así del todo, pues conozco a gente de mi edad que piensa como si tuviera 70 años, así como también he visto a personas de, si no 70, tal vez 60 o cerca, con una mentalidad tan joven que da gusto. Como os conté, me gustaría hablar de algunas cosas que no fueran mis historias en determinados momentos, así que voy a empezar dando ejemplo y haciendo una crónica del día, porque lo ha merecido, y lo ha merecido gracias a todos vosotros, los que, por una forma o por otra, habéis estado y estáis conmigo.

La mañana empieza conmigo levantándome de la cama. Curioso, cuanto menos, ¿verdad? Tras las felicitaciones, los abrazos y los besos (agradecido estoy de que el amor nunca falte en mi casa), aparece mi madre con uno de los mejores regalos que se le pueden hacer a una persona y que a mí, por suerte, me cae todos los años: la tarta, una tarta casera que, por el hecho de que la hayan hecho entre mi madre y mi hermana, ya es una maravilla. Por supuesto, no sólo de amor se come, la obra per se también lo merecía, como muestra la presente imagen:


Ahí está el bellezón...menuda pinta, ¿verdad? Y, además, encima de mi cama, con estilo. La colcha es horrible, lo sé, pero la seda negra todavía no me la puedo permitir...

También me han dado los regalos...me han dado algo de dinero que no dudaré en invertir en mis aficiones y, bueno, ropa, que, si bien la agradezco mucho y, por supuesto, la uso, no es una cosa que me haga demasiada ilusión, pero bueno, uno se pone a pensar cosas como "peor sería que te regalasen un frasco de colonia...", pero ¡NO!, ¡ahí estaba, en el fondo de la bolsa, el frasco de rigor! No es que sea desagradecido, simplemente me lo tomo con humor, mi familia sabe que yo valoro mucho las molestias que se toman por mí, además, lo agradezco, llevaba tiempo sin tener una buena. Por lo demás, esta primera y soleada mitad del día ha pasado de manera muy apacible, recibiendo y respondiendo con mucha ilusión y muy agradecido las felicitaciones de familiares y amigos por múltiples vías y avanzando, fielmente acompañado por mi PS2, en el videojuego que tengo entre manos, que es "Magna Carta: Tears of Blood", como indica el cuadro que tenéis a mano derecha. La hora de la comida ha sido simplemente espectacular: una ensalada, uno de mis platos favoritos, deliciosa y una señora hamburguesa...eso sí, era de pavo, que es muy sano y no quería atiborrarme demasiado...de momento. Ni que decir tiene que el tamaño de esa tarta ha decrecido drásticamente en el momento del postre. La sobremesa ha transcurrido también de manera tranquila, he seguido jugando un poco, recibiendo y contestando mensajes y concretando el plan para la tarde. Un amigo mío estaba solo en casa y hemos ido allí unos cuantos a pasar el rato, y ha sido lo mejor que hemos podido hacer. Primeramente, buscamos una tienda que tuviera la benevolencia de abrir los domingos, y allí he descubierto la comida perfecta para liberar mi lado más oscuro...


Soy tan DARKS que como esto. No os engañéis, saben a Apetinas con ketchup, ¡exactamente iguales! Si sois observadores, podéis ver mi pierna, mis pies...en fin.

Nos hemos pegado el atracón padre mientras escuchábamos música...sí, música. El TROLL (sin mazmorras) de mi supuesto (y digo supuesto porque después de lo de hoy ya no sé qué pensar) mejor amigo tenía puestas canciones de Marea y Extremoduro mientras se duchaba (que, si bien no me gusta el rock español, es algo que no me desagrada tener de fondo, a diferencia de lo que nos ha hecho) y, cuando hemos llegado nosotros, ha cambiado de tercio y nos ha puesto... ¿temazos? ¿PENAS? ...como King África y demás melodías que, aseguraba, estaban extraídas de fulgurantes recopilatorios como "Disco Estrella 2001". Sin palabras. No me he reído más porque no he entrenado, no sé muy bien si porque me divertía o por no llorar...pero bueno, luego hemos pasado a Linkin Park, que es el punto intermedio entre los gustos de todos, ni tan duro como lo que a mí me gusta ni tan llenapistas como lo que ellos suelen consumir...sin olvidarnos del éxito "Cinquillo Face", el remix que mi amigo hizo del tema de Lady Gaga "Poker Face" con ayuda del programa Virtual DJ cuando estábamos en primero de Bachillerato...lo peor de todo es que la idea se la di yo...o no, miento, peor aún es que esto que lees no es ninguna broma. Mientras nos hallábamos sumidos en los placeres de la copiosa (y -por los cojones- sana) comida y la entretenida conversación, nos hemos puesto a jugar a juegos de mesa, en concreto a "La herencia de tía Ágata" y "Cluedo".


A la hora de repartirnos limpia y amablemente la herencia de la pobre tía Ágata no he hecho foto, pero a este segundo juego sí, para que veáis que es cierto y esto no es una historia surrealista. A mí la fiesta me gusta poco...

Es menester decir que en ambos he perdido, apenas he jugado a juegos de mesa en mi vida y no tengo demasiada soltura con ellos, pero nos hemos reído mucho. Yo he jugado con la señorita Amapola, esa sensual dama vestida de rojo...y resulta que, encima, era la culpable. ¡Genial! ¡Mi suerte es épica!

La tarde ha volado y decidimos salir a cenar. El único coche del que disponemos ahora mismo el grupo de amigos estaba en el pueblo de nuestro querido anfitrión y no hemos podido ir muy lejos, pero hemos comido (tal vez demasiado) bien y hemos disfrutado. El resto de la noche ha sido de dar vueltas, conversar, reírnos...maravilloso. La única pena es que a una amiga nuestra se le ha perdido el bolso...cuánto lo siento por ella, de verdad, se ha quedado triste...pero confío en que su problema se solucionará de algún modo. Hemos acabado sentados en un lugar en el que solíamos sentarnos al salir de clase cuando íbamos al instituto (qué poético todo, me encanta rememorar) y, ¿por qué, Señor, POR QUÉ? hemos terminado hablando de lo mal que va el mundo, de lo que falta, de lo que sobra...en fin, pero rápidamente se habla de sexo y se anima el ambiente (verídico, comprobado y reiterado) y hemos decidido quedar otro rato mañana o cualquier otro día para seguir haciendo chorradas, porque, tal vez otras cosas no, pero mis amigos y yo sabemos divertirnos...estando juntos podemos hacer de una caja de cartón el reino de la felicidad sin necesidad de nada más: es lo bonito de la amistad y espero que tengáis la suerte de poder vivir lo mismo con otras personas y que, si no la tenéis, os llegue pronto el momento de tenerla.

Tampoco hay demasiado más que contar, simplemente he decidido hacerlo ya (acabo de llegar a casa) para poder plasmar lo más fielmente posible todas las cosas simples pero enormemente geniales que han hecho que este día merezca la pena. Me queda agradecer sinceramente a todos los familiares y amigos que hoy se han acordado de mí y me han felicitado, ya sea en mi propia casa, por teléfono, por Twitter, por Facebook, por Whatsapp...todo. Muchas gracias por acordaros de mí, por tener ese detalle conmigo, por estar cerca de mí todo este tiempo y por el que nos queda. Y muchas gracias por vuestros regalos a distancia...si bien los que están lejos no me han mandado un paquete sorpresa desde sus casas, muchos han tenido los bonitos detalles de enviarme vídeos de felicitaciones, imágenes (muy sugerentes, como a mí me gustan), dedicatorias...son pequeñas cosas que me han alegrado la vista y que, por tanto, os agradezco. Espero que este texto haya servido también para acercarnos entre nosotros, ya que este blog es nuevo, y así romper el hielo y que os animéis a seguirme, pues, como os dije, si bien hay una advertencia de contenido adulto, ésta es por puro altruismo y, realmente, no es para tanto nada de lo que hay aquí. Necesitaba salir con mis amigos, pues han viajado estas vacaciones y no los he podido ver mucho, y lo he conseguido, así que no puede haber regalo más bonito que me hubieran podido hacer. Gracias a todos por haber hecho de éste un día tan bonito. Por cosas como ésta (y porque soy como soy) me parece incomprensible lo de llorar o venirse abajo el día de tu cumpleaños.

Y no cierro el texto sin mencionar una postal de felicitación con cebollas decoradas con brazos y cara, cortesía de mi otra hermana (mis dos joyas...) y mi cuñado. Ya sea para presentar unos platos que quitan el hipo o para personificar cebollas, la mano que tiene mi hermana con la cocina es inimaginable, y no es amor de hermano, es VERDAD.

Dejo ya de insistir con esto. Seguiré publicando "Tales of the Pole Pranks" estos días para que os enganchéis: la obra la tengo terminada y sólo tengo que irla subiendo. Espero terminar cuando me despierte (aún me queda echarme a la cama y dormir, que es lo que voy a hacer en cuanto termine esto) el videojuego del que os he hablado y, también, seguir leyendo el manga "Kindan", que una cosa es tomármelo con calma para que me dure y saborearlo y otra cosa es ir a paso de tortuga. Buenas noches y, de nuevo, gracias a todos. ¡Nos leemos!

No hay comentarios:

Publicar un comentario