viernes, 16 de agosto de 2013

[TotPP] Capítulo III: Una decisión dolorosa

III: Una decisión dolorosa

Me parece un poco fuerte que el segundo día de clase tengamos que decidir el nivel que nos va a impartir…-comentó Xing Yi tras tomar un sorbo de refresco de limón-…pero, a la vez, es algo excitante, ¿no creéis? Ir a la aventura, a lo desconocido…
El caso es que estamos aquí, a las once de la mañana, en el bar de siempre…-dijo Ayashi-…para decidir nuestra respuesta. ¿Qué opináis? ¿Ritmo normal o “la decisión más dolorosa de nuestras vidas”?
No me va el rollo sado…-replicó Xing Yi-…pero, por esta vez, elijo el dolor. Quiero medirme físicamente y, ¿qué mejor forma para ello que someterme a un entrenamiento de supuesta élite? ¿Qué opináis los demás?
Para presumir, hay que sufrir.-dijo Ayashi-Y quiero presumir hasta que a más de uno no les llegue sangre al cerebro para procesar mi presunción. Elijo la vía del dolor, también.
Me gusta, tío y tía.-comentó Izaya-Yo no me tiro al primero que pille porque no me gusta jugar en modo fácil, vida sólo hay una y hay que vivirla intensamente. ¡A tope con ese dolor!
Estás un poco falta de sexo, ¿no, Izaya?-preguntó Ayashi-Aunque, bueno, ya somos dos…
Lo de que no follo desde que tenía novio al empezar la carrera iba en serio.-dijo Izaya-Y no sé si alegrarme en cierto modo, porque pensé que sufría ninfomanía aguda…creo que me dejó por eso, ¿sabes?
¡JAJAJA!-se rió Saito-¡No jodas! ¿Te dejó por darle mucha candela?
Qué va.-dijo Izaya mirando con dejadez el zumo de manzana que había en su vaso-Lo dejamos porque, durante uno de mis cumpleaños, me regaló unas horquillas que no me hacían muy buena imagen en la melena.
¿Eh?-preguntó Saito.
Que me puso los tochos.-respondió Izaya-Los cuernos. Que me hizo el salto. Me fue infiel. La muy zorra...pero peor era él por seguirle el juego…
No merece la pena que te vengas abajo por cosas del pasado.-dijo Saito con una sonrisa-Yo también elijo la vía dolorosa, por supuesto…quiero aprender rápido y bien para poder ponerme morado en los clubes nocturnos. ¿Qué hay de ti, Ririka?
Yo…estoy de acuerdo si a vosotros os parece bien.-respondió tras alejarse de los labios su vaso de café helado-Es una buena manera de ponerse en forma.
Unanimidad.-dijo Izaya-De puta madre, damas y caballeros. Sólo hay un pequeño  inconveniente y es que…en el grupo somos quince más. No conozco a nadie aún…
¡Ah!-sonrió Xing Yi-No os preocupéis.
Xing Yi se metió la mano en un bolsillo y sacó un smartphone de última generación, con una gran pantalla y una buena luminosidad.
¿Qué haces?-preguntó Ayashi.
Voy a conectarme a LINE.-respondió Xing Yi-Les mandaré mensajes a algunos de los de la clase para ver qué opinan.
¿Ya has hecho migas con los demás?-le preguntó Saito-¡Qué facilidad de relación!
Xing Yi comenzó a toquitear con sus ágiles dedos su móvil, enviando mensajes a gran velocidad.
Tiene cojones el muchachito.-comentó Izaya.
¿Qué pasa?-preguntó Saito.
Si estuvieras a su lado en vez de enfrente, verías lo que estoy viendo yo en esa pedazo de pantalla.-respondió la chica de cabello azul-Sólo tiene agregados a los tíos.
¡JAJAJA!-rió Ayashi-Es un chaval que sabe lo que quiere, ¿qué hay de malo?
No lo sabéis vosotros bien…-dijo el chico de cabello verde mientras mandaba mensajes.
A los pocos minutos, comenzó a pitar el terminal del chico. Le estaban respondiendo todos los chicos que tenía agregados en el móvil.
Buenas noticias, gente.-dijo Xing Yi mientras leía-Todos quieren fiesta de la buena.
Perfecto.-dijo Ririka con una sonrisa.
Bueno, zanjado el asunto, me gustaría preguntar algo.-dijo Izaya-¿Podrías pasarnos los números de los chicos? Tenemos que ir repartiéndolos entre las depredadoras, ¿sabes? Antes de nada, quiero deciros que el pelirrojo tiene un polvazo y me gustaría dárselo.
¡Joder!-respondió Ayashi-¿Ése que está como una raspa de pescado y le queda la ropa como un saco? Está jodidamente bueno, sería capaz de hacer que me persiguiera poniéndome un trozo de chocolate entre las tetas.
¿Sanagi?-preguntó Xing Yi-Me encantaría ver qué secreto tiene entre las piernas. Verlo y saborearlo. A ése se la como entera antes del solsticio de verano como que me llamo Xing Yi Hwong.
¿Sabes acaso sus preferencias?-preguntó Saito con una mirada maliciosa.
No.-respondió, sonriente, Xing Yi-Pero todo en esta vida puede dar muchas vueltas.
La mesa se echó a reír.
Bueno, mira, si acaba siendo gay o bi y lo quieres, te lo dejamos.-dijo Izaya-Pero a los de la fila de atrás nos los dejas…los ponía contra una pared, los abría de piernas y les enseñaba a ser el hombre de la relación.
¿Te va eso de dominarlos?-preguntó Saito.
No en plan BDSM, pero sí me gusta ser la que lleva las riendas…-dijo Izaya-…la que se pone encima.
Una chica con carácter.-la elogió Saito-Eso me pone.
Tú me pones.-dijo Xing Yi interrumpiendo la conversación.
A mí me ponéis los dos.-dijo Ayashi-¿No quieres probar a una chica, Xing Yi? ¿Ni un poquito?
Soy vegetariano.-respondió Xing Yi-La única carne que como es en barra.
¡JAJAJA!-rió Izaya-Ah, ¡hola!
Por al lado de su mesa pasaban varias chicas que también iban con ellos a clase de baile de barra.
¡Hola!-respondió una de las chicas-Todavía no sé vuestros nombres, pero sois compañeros de barra, ¿verdad? Justo ahora veníamos de discutir lo de la decisión…
Esta mesa está de acuerdo en optar por la vía de la jodienda.-les dijo Saito con una mirada penetrante y una cara seductora-Nuestro relaciones públicas ha hablado con el ala masculina del grupo y parece haber unanimidad también.
Xing Yi levantó los dedos índice y corazón de una mano mientras sonreía ampliamente.
Nosotras estábamos pensando en lo mismo…-dijo otra de las chicas-… aunque el primer día fue letal. ¿En serio queréis instarla a que se nos encabrone bien?
Todo lo que una tía haga para intentar joderme me pone…-dijo Saito-…hasta tal punto que acabamos jodiéndonos el uno a la otra donde mejor nos pille.
¡Saito!-exclamó Izaya-¿Es ésa forma de presentarte a tus compañeras?
No pasa nada.-respondió  otra integrante del grupo-Ya lo conocemos. Cuando nos graduamos en el instituto, fuimos a un local de chicos y nos recibió él con unos calzoncillos de neopreno y una bandeja llena de dulces.
Cómo os va la marcha por aquí…-comentó Ririka.
Seguro que a ti también.-Ayashi le guiñó un ojo.
Entonces, ¿decís que queréis ir por lo difícil?-preguntó Saito.
Que así sea.-respondió otra de las chicas.
¡Perfecto!-exclamó Xing Yi-Si conocéis a alguien más, sobre todo de las chicas, que no conocemos a ninguna más, decídselo. Esta tarde tenemos que darle nuestra resolución a la maestra.
. . .
Llegó la hora. Presos de una mezcla de entusiasmo, obediencia y cierto miedo, todos estaban con las barras ya colocadas y calentando.
Cualquiera ignora a esa mujer tan implacable.-oían comentar a algunos de los alumnos.
Saito estaba calentando las piernas mientras se agarraba a la barra para estirar los brazos.
Ayashi, ¿me ayudas con los isquiotibiales?-preguntó Izaya.
¡Claro!-respondió la otra chica.
Ayashi empujó a Izaya hacia delante por la espalda, forzándola a sobrepasar las puntas de los pies con sus manos.
A Saito Hakuroku le gusta esto.-dijo Xing Yi mirándolas mientras estiraba un cuádriceps sobre la barra.
Friki de las redes sociales.-respondió Saito mientras le daba la razón con los ojos.
¿No tenéis Facebook?-preguntó Xing Yi.
Claro que sí.-respondió Izaya-Hoy en día lo tienen hasta las macetas de la ventana de mi vecino de enfrente.
Los demás asintieron con la cabeza.
Pues ya está.-respondió Xing Yi fingiendo indignación de manera sobreactuada a la vez que cambiaba de pierna en el estiramiento-Frikis somos todos.
Un poco sí, para qué nos vamos a engañar.-respondió Ayashi.
Ririka, joder, estás muy callada…-dijo Xing Yi.
No os preocupéis, de verdad.-dijo Ririka mientras doblaba alternativamente las piernas, golpeándose levemente con los talones sobre las nalgas-Nunca he sido muy habladora…
Buenas tardes.-dijo la profesora cerrando la puerta tras de sí justo cuando habían terminado de transcurrir los quince minutos de reloj-Veo que habéis respetado la posición de mi barra, muchas gracias. La he dejado aquí para no demorarme y poder comenzar nada más llegar, sin tener que perder ni un minuto en sacar una barra y colocarla. Bienvenidos un día más a clase de baile de barra. Creo que tenéis algo que decirme, ¿verdad?
Abrió su clipboard y posó el bolígrafo sobre la hoja donde tenía las fotografías de los veinte miembros del equipo.
Levantad la mano los que queráis ir por lo suave.-instó la profesora.
Nadie.
Levantadla ahora los que queráis, asumiendo las dificultades que eso os acarreará, la vía del dolor.-dijo entonces la experta.
Echó un vistazo. Dibujó veinte cruces en la lista, una por miembro.
Mayoría absoluta.-dijo, cerrando el bolígrafo y el clipboard y echándolos sobre el banco, al lado de su toalla, mientras sonreía perversamente-No perdamos ni un segundo más. Vamos a ver técnicas básicas de iniciación al encarame.
. . .
Pasaron los días uno tras otro. Las clases eran de una dureza ejemplar. Aprendían un gran arsenal de movimientos, pero también realizaban los más variados y dolorosos estiramientos, ejercicios de acondicionamiento, miles de abdominales, fondos, planchas, sentadillas y demás ejercicios darios, rigurosas técnicas de control de la respiración, ejercicios de fuerza, pruebas de agilidad y coordinación…todo ello a un nivel muy elevado, con gran exigencia, derramamientos de sudor por doquier, extenuación, agujetas, dolores, sueños recurrentes…pero ninguno se echaba hacia atrás. Todos estaban dispuestos a seguir con el arte del baile de barra…se sentían…enganchados, adictos, dependientes. En menos de dos semanas, las casi crueles órdenes de la profesora, junto al sufrimiento colectivo y el deseo común de brillar en el escenario, unieron a los chicos y chicas. Se iban conociendo, iban hablando, compartiendo opiniones y gustos, aprendiéndose los nombres de los demás, quedando de vez en cuando para tomar algo antes o después de las clases…se respiraba un gran ambiente de compañerismo, confianza y buena voluntad, si bien era cierto que cada día les dolían más partes del cuerpo que no sabían ni que tenían.
¡JAJAJA! No es que me alegre de vuestras desgracias, pero, gracias a vosotros, voy a adquirir tanta práctica que voy a sacar unas notazas este cuatrimestre.-decía a menudo Xing Yi, a quien le quedaba poco para graduarse en Fisioterapia.
Xing Yi no estaba autorizado para dar tratamientos, pero, como sólo estaban sobrecargados, de vez en cuando accedía a darle un masaje a alguien por una pequeña cantidad de dinero. Por respeto y rigor, se negó a tratar ninguna lesión, pero descargar tensiones fruto de la fatiga le era fácil y no le daba miedo hacerlo, además de que ninguno había resultado lesionado. Y así, entre clases, masajes, horas de bar, Izaya buscando trabajo, Ayashi encerrada en su casa estudiando, Saito corriéndose las juergas de su vida y Ririka hablando un máximo de una ó dos palabras en un día con respecto al anterior, los veinte elegidos fueron adquiriendo una cierta soltura. El ritmo de las clases era marcadamente exponencial. Y así, un día más en clase…
Anoche nos fuimos de fiesta.-dijo Saito-Ayashi, Xing Yi, Kaya, Mekai, Asatsu, Ritsuko, Midori y yo. ¡Menudo desfase! Estuvimos dándolo todo en varios antros. ¿Por qué no te viniste?
Me surgió un trabajillo.-dijo Izaya-No me han llamado de ningún laboratorio, pero un grupo de estudiantes desesperados me pidió que les diera clases de Química de dos a cinco de la madrugada. Me jodieron la fiesta, sí, pero me soplaron un buen pellizco.
¿En serio hay gente que pide esas cosas?-preguntó Saito extrañado.
¡Claro!-dijo Ayashi, que acababa de llegar y había empezado a hacer algunas flexiones-Algunos estudian, querido.
¡Oye!-exclamó Saito-Yo también estoy estudiando.
No te he visto en mi puta vida con un ordenador, y eso que vas para ingeniero informático.-rebatió Ayashi.
Se me dan muy bien, señorita.-respondió Saito.
¡Doy fe!-exclamó Xing Yi mientras estiraba sobre la barra-El otro día se me jodió el portátil que me llevo a clase, se vino a mi casa un par de horas, me lo arregló en tiempo récord y luego estuvimos jugando a la consola.
Ay, mira, no me lo recuerdes.-dijo Saito riéndose-Todo el porno gay ahí  metido a presión en cientos de carpetas…flipé al encender ese trasto.
Claro, seguro que, si yo te cojo el portátil, no te encuentro ningún par de tetas tamaño camión como las de la profesora en ninguna carpeta.-respondió Xing Yi.
Si sólo fuera un par, chaval…-dijo Saito.
Buenas tardes.-dijo la profesora, tan perfectamente puntual como siempre, cerrando la puerta tras de sí.
Dejó su toalla en el banco, pero el clipboard no. En lugar de eso, lo abrió, aflojó la pinza y sacó un pequeño puñado de folios de colores. Tras volver a ajustar la pinza, cerró el clipboard y lo dejó junto a la toalla.
Bienvenidos otro día más a clase de baile de barra.-dijo educadamente-Antes de comenzar con la lección de hoy, que, como os dije, tratará sobre técnicas básicas de gimnasia con apoyo en la barra, tengo que comentaros una cosa. Traigo aquí unas…ofertas de empleo. Muchos clubes nocturnos están buscando espectáculos de baile de barra, y por esta zona siempre nos contratan a los mismos. He hablado con los cabecillas y les ha gustado mi idea de…mandar a jóvenes promesas en el arte. En efecto, podéis ir a cualquiera de estos sitios a hacer una actuación…pagan MUY bien. Son cuantías jugosas, pero tenéis que hacerlo de manera impecable, tenéis que enardecer al público y ganaros lo que os pueden pagar. Los dejo aquí, en el banco, para que luego los cojáis. Son varias ofertas y he hecho varias fotocopias de cada una para que todos podáis llevaros un folio a casa. No todos los locales piden a una persona, algunos piden grupos grandes, así que podríais intentarlo los veinte. Ya os dije que no íbamos a prepararnos en el arte como en una carrera, pero tomaos esto como el equivalente académico de lo que sería un examen. Ahora, sin más dilación…-dijo, mientras dejaba el manojo de folios en el banco-…todos conoceréis el spagat frontal…
La profesora siguió hablando, ilustrando sus palabras con los movimientos correctos. Los alumnos la escuchaban, procesaban sus enseñanzas y la intentaban seguir en la medida de lo posible, pero seguía siendo algo frenético y desproporcionado, por lo que seguían experimentando graves dificultades. Estaban todos pensando en las ofertas de empleo. No podrían leer los folios hasta que finalizase la clase, pero habían podido ojear la letra grande cuando la tutora los había enseñado y se habían quedado con la idea de que las actuaciones pedidas tendrían lugar en el plazo de un par de semanas, por lo que aún tendrían unas cuantas clases para prepararse y decidirse: cuatro días a la semana, tres horas y media al día…nada mal para consolidar conocimientos de un arte que les habían dado la posibilidad de ejercer antes de lo que se imaginaban…

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