miércoles, 21 de agosto de 2013

[TotPP] Capítulo XIII: Incertidumbre

XIII: Incertidumbre

Habían pasado otra noche al borde de la muerte, involucrados con unas personas que no conocían y de las que sólo sabían que eran altamente peligrosas. Aunque llegaron a casa sanos y salvos, ninguno fue capaz de conciliar el sueño. Ya lucía una nueva mañana, una nueva obligación de las masas de levantarse de la cama y ponerse manos a la obra…y ninguno de ellos se podía permitir el lujo de ser menos. Poco antes del mediodía, coincidieron en tiempo de ocio, por lo que habían acordado en verse. Había una tranquila y poco concurrida cafetería en la misma calle en la que se encontraba el centro donde recientemente había sido contratada Izaya, así que acordaron en reunirse allí. Ayashi llegó la primera, entró y se sentó en una mesa amplia con muchas sillas alrededor, dejando previamente sus enormes libros de clase sobre la mesa.
Buenos días, señorita.-la saludó amablemente un camarero-¿Qué desea?
He quedado con unos amigos aquí.-respondió ella-¿Podría volver cuando estemos los cuatro? No me gustaría que tuviera que hacer más viajes de los necesarios por mi culpa.
Como desee.-respondió el joven trabajador.
Vio aparecer a Saito por la puerta. Llevaba a su espalda una mochila bastante grande de aspecto pesado.
Buenos días…-saludó el chico-…por llamarlos de alguna manera.
Buenos días…-respondió Ayashi.
Mientras Saito se acomodaba, apareció Xing Yi, que también iba cargado, llevando una mochila bandolera colgando de un hombro y con su enorme móvil de última generación en las manos.
Hola, chicos.-saludó el recién llegado-¿Aún no está aquí Izaya? Me parece raro, siendo la que más cerca está…
Eso mismo pienso yo.-coincidió Ayashi-¿Qué estará haciendo?
Mientras hablaban, vieron, desde las ventanas, cómo la puerta del complejo de laboratorios se abría, saliendo de ella Izaya ataviada con su bata blanca de trabajo encima de su ropa.
Hola a todos.-saludó al llegar a la mesa-Traigo novedades…novedades inquietantes.
El camarero volvió a acercarse. Se esperaron a tener sus consumiciones sobre la mesa para poder hablar sin interrupciones: el camarero estaba haciendo muy bien su trabajo, pero no era consciente de la envergadura de las preocupaciones de los clientes de esa mesa.
¿Y bien, Izaya?-preguntó Saito.
Esto es acojonante.-respondió la chica-El trozo de falso techo que volaron anoche en el vestíbulo está arreglado…y el cable que se cayó está en su sitio. A primera hora de esta mañana, cuando se suponía que los científicos entrábamos a trabajar, ya se estaban yendo los encargados de las reparaciones.
¡Guau!-dijo Xing Yi-Trabajas en un sitio en el que se lo montan muy bien. ¿Significa eso que vas a poder seguir trabajando?
Ya he podido, de hecho.-dijo Izaya-Llevamos toda la mañana con nuestro plan de actividades previsto. Tenemos media hora de descanso en la planta…
Increíble.-dijo Ayashi-Bueno… ¿de qué hablamos exactamente? ¿Rememoramos la película de mafiosos que protagonizamos anoche?
Tengo una…-dijo Saito-…bueno… ¿se le puede llamar teoría?
Sorpréndenos.-dijo Xing Yi.
Esa mujer.-dijo secamente Saito-Nuestra profesora de barra…está metida en todo este asunto…pondría la mano en el fuego si hace falta.
¿Qué ves exactamente en ella?-preguntó Ayashi.
Aparte de que es la tía más guapa que he visto en mi vida…-dijo Saito-…creo que trabaja codo con codo con esos cabrones con pintas. Pensadlo bien…contratan a Izaya para ejercer según su carrera y resulta que es su jefa… ¡qué casualidad! Claro que Izaya no es la única licenciada en su área, pero, ¿de verdad creéis que, de todas las salidas profesionales que hay en este mundo, justamente esa tipa tiene que ser geóloga y trabajar en el mismo sitio? No sé vosotros, pero me huele a trampa.
Podría serlo.-dijo Izaya-Pero, lo sea o no lo sea, es geóloga de verdad, créeme. La he visto esta mañana. He tenido la oportunidad de compartir laboratorio con ella un rato y…si bien no sé qué coño es de su vida, veo claramente justificado y merecido su cargo de jefa del complejo. Sólo ha abierto la boca para encauzar a un par de operarios y se nota el conocimiento en cada una de sus palabras.
Será muy lista…-dijo Saito-…pero tiene toda la pinta de ser un timo. ¿Sabéis lo que creo? Que todo esto es una nueva modalidad de asesinato en serie y que, entre todos, quieren matar al mayor número de personas posible…pensadlo bien: nos recomienda trabajar en un sitio y, en ese sitio, casi nos matan; después, me encuentro con una oferta de becario en el mismo sitio donde Izaya ha encontrado un empleo fijo y, estando allí los dos, casi nos matan…
Viéndolo así, parece consistente.-respondió Ayashi-Pero hay una laguna, y es que ella ofreció varios clubes nocturnos para trabajar y, si tu teoría hubiese sido cierta, los veinte que éramos habríamos sufrido el mismo destino, pues los veinte trabajamos esta noche…y, por lo que se oye en los vestuarios, las chicas que se ponen en la parte de la derecha de la sala durante las clases se lo pasaron de lo lindo y les pagaron una fortuna. No pretendo defender ciegamente a la profesora, pero aquí faltan datos…
No había pensado en eso.-dijo Saito-Muy aguda, Ayashi. Sin embargo, ¿no os parece sospechosa? Se niega a decirnos cómo se llama… ¿cómo se come eso? ¡Es nuestra profesora!
Claro que es sospechosa.-respondió Xing Yi-Si hay algo en este mundo más grande que esa mujer, eso son sus tetas y el aura de misterio que la acompaña.
Los tres se giraron hacia Xing Yi y lo miraron con extrañeza.
Joder.-dijo secamente-No me ponen esas cosas, pero, coño, para no darse cuenta…si su copa se saldrá de escala…
¿Sabéis lo que creo?-preguntó Saito-Que esta tarde nos va a dar la clase el chico. Si vuelve a aparecer, se confirmarán mis sospechas de que esa mujer está compinchada con los trajeados.
¿Qué te lleva a teorizar eso?-preguntó Izaya.
En las oficinas de esa gente…-dijo Saito-…si es que tienen, porque no sabemos quién coño son…ya tienen que saber todos lo que pasó anoche…y cómo acabó, es decir, con nosotros vivos y con datos sobre ellos, pues escuchamos sus nombres en clave. Si esta tarde no aparece la profesora, seguramente será porque está buscando la manera de volver a echarnos el guante sin posibilidad de que escapemos…o eso, o es que está tan frustrada que no quiere mirarnos a la cara para no perder los estribos. Tal vez sea una mera corazonada, pero, si no la veo aparecer, me mosquearé mucho.
Joder…-dijo Ayashi-…es tan tangible…
¿Por qué no intentamos ir a por ella?-preguntó Xing Yi-No me refiero a emplear la violencia, pero podríamos intentar averiguar datos de esa mujer, ¿no creéis?
¡Buena idea!-dijo Saito-Se me ocurre un método, aunque me tacharéis de poco ético…
No somos precisamente santos aquí.-dijo Ayashi-Dispara.
¿Y si la seduzco?-preguntó Saito-Se me dan bien las mujeres. Podría llevarla a mi campo y, cuando la tenga encandilada, preguntarle cosas…y, si no me responde, podría incentivarla a ello…un buen cunnilingus nubla el juicio a cualquiera.
No.-dijo Izaya-Así de claro.
¿Por qué?-preguntó Saito-¿Así de tajante?
Sólo me preocupo por ti.-respondió Izaya.
¿A qué te refieres?-inquirió Saito.
¿Recuerdas cuando te dije mi ya famosa frase de que reconozco a una zorra nada más verla?-preguntó Izaya.
Sí.-respondió Saito-¿Y? ¿Ella es una zorra?
En absoluto.-respondió Izaya-Es infinitamente mejor…o jodidamente peor, según el color del cristal con que lo mires: es alguien a quien incluso las zorras más zorras temen irracional e irremediablemente. No tienes posibilidad alguna con ella, Saito…ni tú, ni ningún hombre.
¿Es lesbiana?-preguntó Saito.
No lo sé ni me es relevante para inferir lo que te estoy diciendo.-respondió Izaya-No es una cuestión de sexualidad, es una cuestión de personalidad. Cualquiera está perdido ante una mujer de su calaña y calibre. Yo no me arriesgaría si fuera tú…podrías acabar muy mal parado.
Entonces, ¿qué hacemos con ella?-preguntó Saito.
Fijarnos en ella y mantenernos a raya.-respondió Izaya-Nos pillará si intentamos algo, puedo sentirlo.
Esto de sacar conclusiones según quién aparezca esta tarde en clase me recuerda a algo.-dijo Xing Yi-Fijaos muy bien en si aparece Genjuro o no.
¿Ese lerdo?-preguntó Izaya-Por mí como si no vuelve, no puedo ni verlo.
¿Sabéis cómo aparecimos Ayashi y yo anoche?-preguntó Xing Yi-Cuando me fui y dejé a Mirumi entrenando en el gimnasio, se me olvidó coger una bolsa en la que llevaba una memoria USB con unos apuntes que me hacían mucha falta. Al volver, me encontré con una agresión en el vestuario. Alguien estaba atacando a Mirumi, que estaba en ese entonces duchándose. Me encontré por el pasillo con Mekai…Mekai Shimatsuken, nuestro compañero de clase de baile de barra y, entre los dos, pudimos evitar una desgracia. El agresor en cuestión se tiró por la puta ventana…es decir, está muerto sin lugar a dudas…el vestuario que utilizamos nosotros está en la tercera planta, no hay forma humana de sobrevivir a eso. El caso es que Mirumi dijo que el hombre que casi lo mata parecía Genjuro…tenía una complexión parecida y no podía verlo bien. El vestuario tenía pocas luces a esas horas y… ¿qué mejor cuerpo para no ser visto entre lámparas que uno de piel oscura que no refleja las luces tanto como una piel pálida? Genjuro tiene una piel muy bronceada y eso encaja con la falta de nitidez visual que tenía Mirumi…
No me jodas…-dijo Ayashi.
Genial…-dijo Saito-…ni en el polideportivo podemos estar tranquilos.
Sea lo que sea, esa persona, fuera Genjuro o no, está muerta.-dijo Izaya-No merece la pena que nos preocupemos. ¿Mirumi y Mekai están bien?
A Mekai no le pasó nada en ningún momento.-respondió Xing Yi-Mirumi está bien…entre Mekai y yo impedimos que pasara nada. El caso es que el tipo…sí, el suicida…antes de atacar, estaba hablando por el móvil y Mirumi oyó que decía algo sobre el instituto de investigación mineralográfica. Recordé entonces que tú, Izaya, estabas allí echando horas extra y que tú, Saito, habías ido allí a preguntar algo. Mi mente ató cabos y me temí lo peor: dejé a Mirumi con Mekai y decidí acercarme al sitio, no sin antes llamar a la caballería, es decir, a Ayashi y a Ririka…pero Ririka no me lo cogió, ni a Ayashi tampoco.
Y así fue cómo yo también me vi metida en este lío.-dijo Ayashi.
Entonces…-dijo Izaya-…si no vemos aparecer a Genjuro, ¿podemos pensar que fue él el de anoche?
Yo lo haría.-dijo Xing Yi-Mirumi fue víctima…y no le falla la vista, por lo que sé de él.
No obstante…-dijo Ayashi-…si aparece por allí, quedará libre de sospecha, ¿verdad?
Exacto.-dijo Xing Yi-Sería imposible sobrevivir de semejante caída. Por mal que pueda caernos, quedaría libre de sospecha.
Pero no de subnormalidad.-añadió Izaya mirando la hora en su móvil-Voy a tener que volver al laboratorio. Le preguntaría a la profesora que si piensa aparecer esta tarde por clase, pero ya se ha marchado…llevaba allí recluida desde antes de que llegaran los de las reparaciones. ¿Habéis intentado contarle esto a Ririka?
La he llamado para que viniera hoy.-dijo Xing Yi-Tampoco lo ha cogido esta mañana…
A mí tampoco…-dijo Ayashi.
Tiene un examen ahora mismo.-dijo Saito con cierta sequedad-Es normal que no lo haya cogido.
Izaya arqueó una ceja.
¿Cómo lo sabes?-preguntó Ayashi-Si no habla casi nunca…
Me lo contó el otro día después de clase.-dijo Saito-Intercambiamos un par de frases mientras hablabais entre vosotros…aunque tampoco me dijo mucho.
Bueno, tampoco es nada de lo que haya que preocuparse.-dijo Ayashi-Con Ririka no tengo ningún problema y no ha hecho nada raro. Además, nos ayudó a salvar el culo esa noche tan memorable.
¡Claro!-dijo Saito-¿Recuerdas lo que me has dicho de que nadie más fue atacado esa noche, Ayashi? Ririka probablemente lo fuera en su lugar de trabajo…o, si no, no entiendo por qué habría aparecido. Por lo tanto, es de suponer que también en el sitio donde fueron Ririka y los que la acompañaran hubo una escaramuza parecida…
Mejor lo hablamos con ella luego.-dijo Xing Yi-Vamos a tener que irnos ya…Izaya tiene que entrar a trabajar, yo tengo clase y seguro que vosotros también. Esta noche, después de la clase, nos la llevamos a una cafetería o algo y seguimos hablando.
Buena idea.-concluyó Izaya.
Tras pagar y despedirse, se fueron cada uno a sus obligaciones.
. . .
Tras un día ajetreado, llegó la tarde y, con ella, la hora de la clase de baile de barra.
A ver qué nos depara la tarde de hoy…-dijo Izaya mientras hacía estiramientos.
Ardo en deseos de comprobarlo.-respondió Ayashi, que calentaba en la barra.
Ririka llegó y comenzó a colocar sus cosas cerca de donde estaban los demás.
Buenas tardes…-saludó tímidamente al ver que todos la miraban.
Buenas tardes.-saludó Izaya-¿Qué tal el examen de esta mañana? Saito nos ha contado…
Ah…-dijo la chica-…muy bien, gracias. Creo que aprobaré.
Me alegro por ti.-respondió Ayashi.
No esperábamos menos.-Xing Yi le guiñó un ojo.
Genial entonces.-concluyó Saito.
Mientras continuaban con su calentamiento, vieron que Genjuro ya había llegado y estaba haciendo algunos ejercicios en su sitio.
Vale…-dijo Xing Yi-…falsa alarma, él no era.
Señaló al chico con la barbilla. El resto del grupo se giró hacia él y se volvió a dar la vuelta.
Ya decía yo que era demasiado tonto como para eso…-dijo Izaya.
Esto…-oyeron una voz detrás de ellos.
Ah,¡hola, Mirumi!-saludó Xing Yi-¿Mejor?
Sí, ya no me duele, pero…-dijo Mirumi.
Es imposible que fuera él.-dijo el joven coreano como si le leyera la mente-No estaría moviéndose así de frescamente si se hubiera tirado por una ventana tan alta. No obstante, si no quieres acercarte a él, no lo hagas, y…si te dice o te hace algo indebido, me lo cuentas y le parto las piernas, ¿de acuerdo?
El joven pelirrojo asintió y movió su barra a un sitio cercano al del resto del grupo. Mekai hizo lo mismo de manera instintiva.
¿Qué os pasa, chicos?-preguntó Genjuro extrañado.
Lo ignoraron.
Lo miréis como lo miréis, ese tío es inocente.-dijo Xing Yi-A mí tampoco me cae bien, pero no puede ser el que hizo anoche aquella mala acción.
Creo que tienes razón.-dijo Izaya.
Resuelta esta cuestión…-dijo Saito-…prestad atención a la persona que cierre esa puerta dentro de unos minutos. Por cierto, Ririka, ¿estás ocupada esta noche?
Eh…-dijo suavemente-…no, ¿por qué?
Nos gustaría que vinieras con nosotros a tomar algo después de clase.-le explicó el chico-¿Te apetece?
Sí…-dijo Ririka-…claro.
Izaya y Saito se miraron de manera instintiva. Acto seguido, la chica se encontró con los ojos de Ayashi clavados. Había en la atmósfera unas palabras que necesitaban ser dichas y ése no era el momento…
Buenas tardes.-escucharon a una voz tras la cual se cerró la puerta una vez se hubo cumplido, sin un segundo de retraso ni adelanto, el cuarto de hora.
La voz les dio la única pista que necesitaban. Se giraron a él para saludar: había llegado el profesor, el mismo chico que la vez anterior.

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