jueves, 22 de agosto de 2013

[TotPP] Capítulo XX: Puta

XX: Puta

Los cinco salieron de la comisaría.
Bueno…-dijo Xing Yi-…no ha sido tan mal trago, ¿no?
Quitando que hemos tenido que definirlos como “una especie de mafia que nos intenta matar” y hemos parecido subnormales, no.-comentó Izaya.
Pero…-dijo Saito-…lo importante es que ya hemos soltado la bomba. Que les reviente en la cara lo antes posible.
Les hemos entregado fotos de las que hicisteis el otro día…-dijo Ayashi-…tienen material para pillarlos. Por cierto –torció el gesto- ¿qué era ese disco que le ibas a dar al agente?
Eh…-dijo Saito-…el resto de las fotos que hicimos, por si las necesitaba. No sé qué ha pasado exactamente, tal vez se traspapeló o algo…el caso es que ya habéis visto que estaba en blanco.
Una señora putada.-dijo Izaya cruzándose de brazos.
Ya…-resopló Saito.
Caminaron un poco, alejándose del edificio. Ririka se acercó con timidez a Izaya y le tocó un brazo para que se girara hacia ella.
¿Qué coño…-dijo Izaya de mal humor-…ah, Ririka, eres tú, perdona. ¿Puedo ayudarte?
Me gustaría comentarte una cosa a solas...-dijo Ririka tímidamente.
Izaya echó a andar con ella, alejándose un poco de los demás, que estaban comentando el posible desenlace de aquella pesadilla.
Verás…-dijo Ririka-…creo que he encontrado algo…
¿Algo?-preguntó Izaya-¿De ellos?
Sí…-respondió la chica rubia-…pero creo que te influye…a ti…más que a los demás. Me gustaría enseñarte unas  cosas a solas. ¿Qué tal si…si nos vemos?
Claro.-dijo Izaya sin alterarse-Dime hora y lugar.
¿Te parece bien esta tarde en el polideportivo?-preguntó Ririka en voz baja-Como no tenemos clase, he pensado que podríamos vernos en una de las salas de artes marciales que están vacías. La que utilizamos la otra vez para entrenar, la que tiene el saco grande, está vacía hoy a partir de las dos de la tarde.
Está bien.-dijo Izaya-Nos veremos allí a… ¿a las ocho y media te viene bien? Antes no puedo, tengo que trabajar.
A…a…allí estaré.-tartamudeó Ririka.
Lo mismo digo.-dijo Izaya-Gracias, Ririka.
¡Eh!-dijo Xing Yi acercándose-¿Qué pasa?
No te preocupes, nada importante.-dijo Izaya-¿Tenéis plan? Yo entro a trabajar en breve, así que…
Me iré a mi casa a estudiar, supongo.-dijo Xing Yi.
Ya somos dos.-dijo Saito.
Que sean tres…-suspiró Ayashi cansada.
Así me gusta.-dijo Izaya-Chicos aplicados. Bueno, me voy ya, que tengo el coche a la vuelta. Ayashi, a ti te pilla de paso, ¿no? ¿Quieres venir conmigo?
Ah…-dijo Ayashi desconcertada-…¡claro!
Bien pues.-dijo Izaya-Hasta luego, Xing Yi, Saito, Ririka. Nos vemos mañana en clase de baile de barra.
¡Adiós!-exclamó Ayashi.
Los demás se despidieron. Las dos chicas subieron al majestuoso vehículo de Izaya, quien comenzó a conducir.
Has estado ágil, nena.-dijo Izaya guiñándole un ojo.
Casi la cago, ¿sabes?-dijo Ayashi con una media sonrisa-Supongo que querías hablar de algo conmigo a solas, ¿no? Lo digo porque mi casa está en sentido contrario a tu laboratorio desde aquí…
Sólo quería comentarte que Ririka me ha dicho que tiene algo.-dijo Izaya mientras conducía-No sé qué ni de dónde lo habrá sacado, pero tiene algo sobre esa gente…y dice que me atañe más que a nadie. Esta tarde la voy a ver en el polideportivo, así que…si me hicieras el favor de conseguir que los demás no se pasaran por allí en últimas horas de la tarde…
Está bien.-dijo Ayashi-Intentaré llevármelos a dar una vuelta, a tomar algo o lo que sea. Ya me contarás, ¿no?
Sea lo que sea…-respondió la chica de cabello y ojos azules-…os enteraréis todos, no te preocupes.
De acuerdo.-dijo Ayashi-¿Podrías dejarme por aquí antes de que te pases mi casa por demasiada distancia? Nos mantendremos informadas a lo largo del día…yo también te voy a tener que contar cosas dentro de poco.
Claro.-dijo Izaya-¿Te viene bien la siguiente calle?
. . .


¡Guau!-exclamó Yoshigi-¡Qué bonita!
¿A que es genial?-preguntó Ayashi.
La chica había invitado a su novio a su casa para enseñarle la barra que compró en línea y que le había llegado hacía poco, tras haber llegado del madrugón y el paseo hasta la comisaría.
¿Bailarás algún día para mí, corazón?-preguntó el chico.
Hoy mismo.-dijo Ayashi guiñándole un ojo-Parece ser que tiene unas bases que se anclan al suelo con no sé qué sistema para que sea imposible que se derrumben aunque se suba a bailar una persona de talla extra grande…
¿Quieres que te ayude a montarla?-preguntó Yoshigi-A lo mejor pesa mucho…
Gracias, Yoshigi, pero no creo que haya problema.-dijo Ayashi dejando la barra desmontada sobre la cama-Soy una chica fuerte.
La chica dobló el brazo y apretó el puño, mostrando su prominente bíceps.
No me gustaría que te enfadaras conmigo.-dijo Yoshigi sonriendo.
Tranquilo, Yoshigi…-dijo la chica acercándose a él-…eso nunca pasará.
Se besaron. Tras sostener el contacto entre ellos durante casi un minuto, se echaron sobre el suelo, donde empezaron a acariciarse y a sentirse entre más besos.
¿Lo hacemos?-preguntó Yoshigi-Me da igual que sea en el suelo siempre que sea contigo.
Claro que sí.-dijo Ayashi con una sonrisa perversa y retorcida.
Llamaron al timbre. Los dos pusieron cara de asco.
Vaya…-dijo Ayashi-…qué oportuno. Tendré que abrir. Espera aquí, cielo.
Se levantó, se apretó un poco las coletas que llevaba y se acercó a la puerta de entrada del piso. Abrió.
¡Buenos días!-escuchó que saludaba Tetsuo-¿Lle…
¡BUENOS DÍAS, TETSUO!-saludó Ayashi con una sonrisa de oreja a oreja-¿Qué te trae por aquí? Pasa, pasa, no te quedes fuera. Ven, estaba en mi cuarto con Yoshigi… ¡qué bien! ¡Podremos hablar los tres un rato! Tengo refrescos y…
Hola, Yoshigi…-dijo Tetsuo con cierto aire apesadumbrado.
…hola…Tetsuo…-dijo el novio de Ayashi sentado en una silla sin dar crédito.
Voy a por unas latas de refresco.-dijo Ayashi- Yoshigi, ¿me acompañas a la cocina?
Claro.-dijo Yoshigi levantándose.
No sé qué hace aquí este pesado a estas horas.-susurró Ayashi ya en la cocina-Espero que se vaya pronto. Ve a entretenerlo o algo, ¿de acuerdo? A ver si tú, que lo conoces más, eres capaz de echarlo educadamente…
Vale…-dijo Yoshigi-…qué manera de cortar el rollo.
Ayashi sacó una bandeja, colocó dos vasos en ella y los llenó con sendos refrescos. Acto seguido, sacó un bote con azúcar y echó un puñado en cada vaso con una cuchara. Yoshigi y Tetsuo se sentaron en el suelo.
Aquí tenéis, chicos.-dijo Ayashi con una amable sonrisa-Estos refrescos están muy buenos, pero son poco dulces. Les he puesto un poco de azúcar, así están mejor.
Tras dejar la bandeja en el suelo, se sentó junto a los chicos.
¡Gracias!-exclamó Tetsuo, bebiéndose ávidamente el vaso de un trago-¡Tenía muchísima sed! ¿Tú no bebes?
No tengo sed.-dijo Ayashi con una sonrisa.
¡Qué rico!-comentó Yoshigi después de probarlo-¡Está buenísimo! ¿Dónde lo has comprado?
Tras esa pregunta, terminó de beberse su vaso.
En la tienda que hay justo al bajar de aquí.-dijo Ayashi-Bueno, voy a montar mi barra mientras hablamos, si no os importa.
En pocos minutos, mientras comentaban temas triviales, la chica dejó su barra perfectamente fijada entre el suelo y el techo del cuarto, con un tope en el techo y una base en el suelo para evitar desvíos.
¡Es genial!-exclamó Ayashi con una sonrisa.
Agarró la barra y tiró de ella con firmeza.
¡Encajada totalmente!-se sonrió-¡Me espera un gran entretenimiento en mis ratos libres! ¿Queréis una demostración?
Los chicos asintieron. La joven se acercó al equipo de música de pequeño tamaño que tenía colocado en un mueble de baja altura, lo encendió, sacó un CD del cajón y lo introdujo.
Aquí tengo algunas canciones que me gustan y que me gustaría adaptar en un baile de barra…-dijo Ayashi-¡me hace tanta ilusión poder hacer la primera prueba en casa!
La chica se acercó a la barra, la agarró con una mano y, justo entonces, comenzó a sonar la canción que había elegido. Comenzó a dar vueltas lentamente, a deslizar con el cuerpo inclinado y muy suavemente, describiendo una superficie cónica alrededor de la barra.
Guau…-susurró Yoshigi.
Sí…-dijo Tetsuo…guau…
No podían dejar de mirar a la chica. Se sentían hipnotizados. Su belleza física y la sensualidad de sus movimientos los tenían obnubilados…y pronto empezaron a sentirse sexualmente excitados. A pesar del embotamiento mental que tenían, un atisbo de lucidez permaneció alzado en sus mentes y les llevó a preguntarse por qué de pronto se sentían tan débiles…
Ayashi…-dijo Yoshigi-… ¡AYASHI!
El chico bajó la cabeza de golpe, como si no pudiera soportar su peso.
Eh…-dijo Tetsuo-¿qué…
Tetsuo se desplomó. Ninguno de los dos había perdido el conocimiento, pero se sentían incapaces de moverse a la vez que notaban unas acusadas erecciones.
¿Ocurre algo, chicos?-preguntó Ayashi colgando de la barra con los brazos en alto y las piernas separadas y cruzadas tras la barra.
La música dejó de sonar: al parecer, el CD sólo tenía grabada una canción.
Yo…-dijo Yoshigi-…no puedo moverme…
Yo tampoco…-dijo Tetsuo-…pero…me pones tanto…ahhh…
Oye, tío, es mi chica, ¿vale?-dijo Yoshigi intentando darse la vuelta.
Ay, ay, ay…-dijo Ayashi con una voz intencionalmente sobreactuada-…parece que los chicos no son tan duros como querían hacer ver.
Ayashi saltó de la barra y se colocó al lado de los chicos, de pie.
Os daría las gracias por ser tan fáciles de manejar, pero no os las merecéis por el asco que dais, grandísimos mamarrachos.-dijo la chica-Al menos, tenéis la caballerosidad de ser unos inútiles destructibles después de soltar vuestras putadas. En realidad no tenéis nada…lo poco que tengáis os lo voy a quitar yo, Ayashi Iwamori, aquí y ahora.
Cariño…-dijo Yoshigi-¿qué…
Ayashi agarró las piernas de Yoshigi, se las separó y le dio una fuerte patada en el perineo con su zapato de tacón, a lo que el chico respondió gritando de dolor.
¡UNA PUTA MIERDA CARIÑO, PEDAZO DE MARICÓN!-gritó Ayashi-Un trozo de mierda podrida como tú jamás será mi “cariño”.
Por favor…-dijo Yoshigi-…yo te quiero. Dime qué…está pasando…
¿En serio?-preguntó Ayashi riéndose-¿Me quieres? Vas a permitirme que no me crea esa mierda. ¿Qué amor puede sentir un hijo de puta descorazonado como tú? ¿Acaso, valiente inútil, te crees que he olvidado todo lo que me hiciste cuando estaba saliendo con Miharu?
Yoshigi recordó aquellos días oscuros.
¡He cambiado!-dijo Yoshigi con lágrimas en los ojos.
Vete a la mierda.-dijo Ayashi-La cabra tira al monte…y tú eres un cabrón. Me acosaste hasta casi sexualmente, me presionaste para que saliera contigo, me negué y, no contento con haberme amargado muchos días, conseguiste que Miharu, tu amiguísimo, me dejara…y no lo hizo con tacto… ¡me dejó tirada en la calle como a una puta! Pero, claro… ¡LOS HOMBRES SOIS TAN INÚTILES COMO PREDECIBLES! Sabía que caerías, Yoshigi, lo sabía. Sabía que dos días vistiendo ligerita serían más que suficientes para tenerte bien atado. Lo que no me esperaba era este…enamoramiento. Verás, Yoshigi, te odio. Siempre te he odiado. Y siempre te odiaré. Es la hora de cobrarme lo que me debes…y no te miento al decir que tengo los intereses tan altos como las tetas.
Yoshigi comenzó a llorar.
Eso pertenece al pasado…-dijo-…ya no soy así… ¡ARGH!
Ayashi le pisó la nuez con un tacón.
Cállate o te asfixio.-le dijo con frialdad.
¿Y yo?-preguntó Tetsuo-¿Qué te he hecho?
¿Aparte de follar mal?-preguntó Ayashi, a lo que Yoshigi puso un rostro de sorpresa que se esperaba y del que se carcajeó a viva voz-Me ha dicho un pajarito…una ARPÍA, mejor dicho…que estás jugando sucio…mucho más sucio que follar en un pasillo. Sí, Yoshigi, me lo follé delante de tus narices la otra noche, deja de mirarme con esa puta cara. A ver, Tetsuo, te comento…follas mal, estás en una posición que no me gusta un pelo y…me falta un motivo…ah, sí…porque me da la puta gana. Quiero verte sufrir, llorar, temblar, agonizar. Dije delante de las narices de la profesora que quería aprender el baile de barra para seducir a los hombres y hacerlos sufrir…y, créeme, ahora que lo pruebo…es más que gratificante. Sin más que aclarar, vamos a divertirnos.
Ayashi comenzó a desnudar a los dos chicos. Cuando los hubo dejado en ropa interior, arrojó sus prendas a un recipiente de porcelana muy grande que había en una esquina. Cayeron produciendo un sonido parecido a un chapoteo. El movimiento de ese líquido comenzó a levantar un penetrante olor en el cuarto.
Eso es…-dijo Tetsuo-…gasolina…
Exacto.-dijo Ayashi sacando una caja de cerillas que llevaba sujeta en la cinta elástica de su ropa interior.
Encendió una cerilla y la arrojó al recipiente, prendiendo fuego a las ropas de Tetsuo y Yoshigi. Acto seguido, abrió la ventana y se dirigió al armario, del que sacó una enorme bolsa de deporte negra.  La abrió y comenzó a sacar correas con las que ató de pies y manos a los dos chicos, poniéndoles los brazos detrás del cuerpo y atándoselos con los tobillos. Acto seguido les colocó unos collarines muy apretados en el cuello y, con unas enormes tijeras, les cortó los calzoncillos por el lateral, arrancándoselos con una mano, dejando al descubierto sus penes erectos.
Sois unos cerdos.-dijo Ayashi-Huele a eso que llamáis “gotitas de amor”. ¿Tan desesperados estáis que os mojáis con ver a una chica de cuerpo modesto moverse con un poco de delicadeza?
Tiró los calzoncillos al fuego.
Antes de llorar como las putas que sois, agradecedme que no os queme vivos a vosotros.-dijo la chica.
Se acercó a la bolsa negra y sacó unos pequeños objetos con gomas elásticas. Se los introdujo en la boca y se los ató detrás de las orejas: se trataba de unos objetos de dominación sexual para mantener la boca abierta contra la voluntad del pasivo.
Si al final voy a ser buena y todo.-dijo Ayashi-No sabéis la pasta que me he dejado comprando toda esta mierda en sex-shops. Bueno, preparaos para el toque final.
La chica sacó unos anillos de erección de talla pequeña y se los ató con saña en el pene a cada uno. Acto seguido, les colocó una correa que los ató pene con pene, formando un ángulo entre los dos y apretando el nudo bien fuerte, asegurándose de que había fricción entre sus brillantes y descubiertos glandes. Los chicos no podían parar de temblar mientras ponían expresiones de asco.
Oh…-dijo Ayashi sacando una cámara de fotos digital de la bolsa-… ¡qué adorables!
Comenzó a fotografiarlos mientras enrojecían de la vergüenza, del asco, de la rabia, de la impotencia, del miedo, del dolor y, en el caso de Yoshigi, del arrepentimiento. En muchas de las fotos salieron llorando.
Falta lo mejor.-dijo la chica.
Se volvió a acercar a la bolsa y sacó un objeto alargado parecido a un micrófono de mano.
Seguro que os gustaría restregarle esto por el coño a alguna de las chicas por las que babeáis.-dijo la joven activando el aparato, que comenzó a vibrar-Pues mirad…vais a sentirlo vosotros.
Haciendo presión sobre los hombros de los chicos, los hincó de rodillas en el suelo. Acto seguido, colocó el vibrador en vertical, apretando la cabeza con la cuerda que unía los penes de ambos, dejándoles el objeto a la altura del frenillo. En esa posición, lo activó y empezó a vibrar. Pasado medio segundo, los dos chicos estaban babeando y tiritando. Tras hacer unas cuantas fotos más, Ayashi chocó las cabezas de los dos, asegurándose que se mezclaban las salivas de ambos en sus bocas. De nuevo tomó varias fotos.
Tetsuo, Tetsuo, Tetsuo…-dijo Ayashi-…vas a decirme quién es toda esa gente en cuyas filas te querías enrolar, qué quieren, a qué se dedican y qué coño pintas tú con ellos.
Le quitó el forzamiento de la boca.
El dinero…-dijo Tetsuo-…pagaban mucho por…por un hacker…
Así que dinero, ¿eh?-preguntó Ayashi-Y… ¿no sabes lo hijos de puta que son esos asesinos a sangre fría? Comienza a hablar.
Estuvieron así todo el día. Ayashi siguió obligándolos a tener contacto homosexual contra su voluntad, pegándoles, insultándoles, humillando a ambos hasta límites extremos, amenazándolos, sonsacándoles información. Cuando ya caía la tarde, Ayashi decidió que era hora de someterlos a la prueba final: los iba a soltar en medio de la calle cuando más gente hubiese para que fuesen sepultados en una montaña de vergüenza.
Vaya pérdida de tiempo.-dijo Ayashi-No sabes nada, Tetsuo…esperaba más. Aunque…veamos qué tienes en esa mochila.
La chica abrió la mochila de Tetsuo, lo único que no había quemado, y sacó una carpeta que se distinguía bastante de las demás que llevaba. Al abrirla, se desparramaron por el suelo un montón de fichas con fotografías y datos.
Así que por esto lo llamaban Aries…-dijo Ayashi cogiendo la ficha del tipo de pelo verde y leyendo el nombre-…Cygnus…el negro se hace llamar Cobra… ¡qué porno! Los que parecen hermanitos son Tin y Lead, interesante…y… ¿Alta? ¿En serio? ¿Eso no es “alta” en algún idioma europeo?  Le pega poco, la verdad. Veamos qué más gente hay por aquí…Stern, Leo, Ange…y…y…
A Ayashi le cambió la cara. Agarró rápidamente su móvil y llamó a Saito.
¿Sí?-respondió el chico a los pocos segundos.
¡SAITO, POR DIOS!-gritó Ayashi.
¿Qué pasa?-se sorprendió el chico.
¡ESTOY EN EL AJO!-gritó Ayashi-¡IZAYA ME HA CONTADO!
¡Maldita sea!-gritó Saito-¡Me la ha jugado!
¡NO HAY TIEMPO PARA HABLAR DE ESO!-gritó Ayashi-¡ESTAMOS JODIDOS! ESCUCHA, HAZ SIN PREGUNTAR LO QUE TE VOY A DECIR A CONTINUACIÓN…Y LLAMA A XING YI PARA QUE TE ACOMPAÑE, YO NO TENGO TIEMPO.
¿Qué coño pasa, Ayashi?-preguntó Saito irritado-Deja de chillarme y tranquilízate. ¿Qué estás haciendo?
PUTEAR.-gritó Ayashi-Ahora, si no te importa, escúchame, porque no tengo tiempo para repetir lo que te voy a decir.

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