sábado, 24 de agosto de 2013

[WC] Episodio IV: Sin demora

WORLDS COLLIDE
Episodio IV · SIN DEMORA

A la mañana siguiente, las cosas no habían cambiado. Tras descubrir quién se hallaba detrás de aquel repentino y sospechoso realce del crimen organizado, Freya y Yamiyuki tuvieron claro que la urdimbre que pudiera existir iba mucho más allá de un simple lío de mafias, dinero y ajustes de cuentas. Shiroi Kamiyama no era alguien de quien se pudiese esperar nada que no fuera horrible. Asimismo, era poderoso, demasiado poderoso, y no podía ser enfrentado de manera directa. Decidieron investigar, cada uno por su cuenta, juntándose en caso necesario, e intentar descubrir qué sucedía, cuáles eran los planes que su enemigo llevaba y si sus sospechas de que no estaba trabajando solo eran ciertas. Así, tanto el uno como la otra se dispusieron a iniciar su día como si de cualquier otro se tratara, con la subyacente intención de buscar pistas para empezar a actuar antes de que se desatara una catástrofe a gran escala. En ese sentido, la suerte los acompañaba parcialmente, pues se movían en alrededores en los que su objetivo tenía una moderada presencia y potestad: Yamiyuki, universitario, se codeaba con estudiantes y profesores diariamente, y su impecable historial de estudiante ejemplar le daba unos privilegios tales como hablar cara a cara con todos los profesores, que eran doctores e investigadores, igual que Shiroi, mientras que Freya era per se doctora, profesora e investigadora entre otras cosas, por lo cual siempre estaba moviéndose entre laboratorios, universidades y demás sitios de alto nivel académico que le permitirían buscar pistas.
 . . .
Los alumnos y alumnas de la facultad de Ingeniería que tanto prestigio mundial ostentaba siempre se quedaban mirando a Yamiyuki cuando cruzaba los pasillos. Era muy famoso en el ámbito estudiantil: notas perfectas, grandes logros, cuerpo perfecto y muy fuerte, entrenado en una de las mejores escuelas de formación académica y física, habiendo combatido grandes amenazas para Japón. Ese día llevaba una chaqueta negra hasta la altura de las costillas con ribetes anaranjados, una camisa negra, unos pantalones del mismo color, botas altas, también negras, con detalles metálicos y un pañuelo naranja atado al cuello que le caía por ambos lados hasta la altura de los tobillos. Todo el mundo cuchicheaba a su paso. Haciendo caso omiso a todos los comentarios, especulaciones, elogios, intentos de difamación y demás palabras que, por muy débilmente que estuviesen siendo dichas, oía perfectamente, se dirigió a los despachos del profesorado. Al llegar a la puerta del profesor con el que deseaba hablar, llamó a la puerta con su mano derecha, enguantada en un mitón negro. Tras escuchar el consentimiento desde el otro lado de la puerta, la abrió y entró.
Buenos días, profesor.-saludó el chico-Me gustaría preguntarle algo, si no es mucha molestia.
Claro, para eso estoy.-respondió el profesor-¿De qué se trata?
Me gustaría saber cómo está el panorama doctoral en el país ahora mismo en las áreas que juntan nuestra rama con las biosanitarias.-explicó el chico-Estoy interesado en conocer la trayectoria actual de las líneas de investigación en Biónica, Biomedicina, Biomecánica, Bioelectrónica y ramas similares.
Veamos…-el profesor comenzó a teclear en su ordenador.
Yamiyuki esperó pacientemente.
¿Quieres dedicarte a esto en el futuro?-preguntó el profesor mientras buscaba-¿O es simple curiosidad?
Puedo decir que es una mezcla de ambas.-dijo el chico-Si bien ahora mismo es simple curiosidad y deseo de informarme,  puede que en el futuro me dedique a investigar sobre esto…es muy interesante.
Ajá…-dijo el profesor.
De la impresora de su mesa salieron tres folios grapados. Se los entregó al chico.
Ahí tienes.-dijo-Es lo único que el público puede leer. Lo demás queda de puertas para adentro, Kuroi.
Muchísimas gracias, profesor.-el chico hizo una reverencia-Lo leeré en cuanto pueda. Nos vemos en clase.
Hasta luego.-se despidió el profesor.
El chico echó un vistazo a los folios. Su profesor era investigador en Biónica, así que sabía que le iba a poder ayudar. En el papel, se exponía una lista de las áreas tratadas actualmente en los laboratorios, así como los nombres de los investigadores principales y las relaciones internacionales más importantes.
Biomedicina: Simulación de catálisis enzimática en modelos reales.-leyó el chico-Laboratorios…bla, bla, bla…jefatura de investigación…Vinokourov, Aquanika. Así que está trabajando aquí…lo que nos faltaba. La vamos a tener detrás seguro.
Mientras caminaba, seguía leyendo en voz baja.
Biomecánica: Cálculo, diseño y ensayo de trenes de musculatura artificial con flexialeaciones ricas en biomateriales.-siguió leyendo-Jefatura de investigación…Freya. ¿Esta mujer nunca se cansa de trabajar? A ver… Bioelectrónica: Semiconducción en materiales orgánicos y circuitería lógica en inteligencia pseudohumana. Línea conjunta con Alemania a manos de la doctora… ¿quién es esta mujer? Tiene un nombre tan exótico y poco escuchado por aquí como el de nuestra querida Aquanika. Biomatemática: Estudio inductivo en diferencias de la Biosfera. ¿Otra vez Freya?
Siguió leyendo las largas listas hasta que sus ojos se clavaron en una línea.
¡Aquí!-el chico apretó el puño que tenía libre-Toxicología: Psicoactividad, posología y síntesis de compuestos específicos. Jefatura de investigación: Kamiyama, Shiroi. Así que ahí están tus laboratorios, ¿eh? Habrá que hacerte una visita…
. . .
Y, como podéis observar, la reproducción del Oryctolagus cuniculus sigue una sencilla ecuación en diferencias que procederemos a resolver en la clase del próximo día.-dijo Freya mientras señalaba en la pizarra con una varilla-Se ha acabado el tiempo por hoy. Pasad una buena mañana.
Los alumnos abandonaron el aula. Freya se quedó recogiendo sus papeles, borrando la pizarra y apagando el ordenador. Llevaba una chaqueta negra, una falda de tablas del mismo color hasta la mitad de los muslos, medias negras semitransparentes, zapatos de tacón con plataforma y una blusa sin mangas debajo de la chaqueta. También llevaba unas gafas rectangulares de montura marrón con un serpenteante ribete de color crema que la adornaba entera. Escuchó que alguien abría la puerta trasera del aula.
Vaya, vaya, doctora Freya…-dijo un hombre-…dichosos los ojos.
Buenos días, profesor Ogawa.-saludó la chica.
Llevabas mucho tiempo sin pisar la facultad de Ciencias Biológicas y Ambientales.-observó el recién llegado-¿Qué te ha impedido visitarnos?
He venido a suplir las clases magistrales de hoy y mañana en Teoría de Poblaciones, Química y Matemáticas porque los profesores correspondientes están de prácticas con los alumnos aventajados.-explicó Freya-Normalmente no paso por aquí si no es a los laboratorios de investigación para dirigir mi proyecto en Biomatemática.
¿No estaba investigando en Biomecánica?-preguntó mordazmente el profesor.
Esa labor la llevo a cabo en un complejo de laboratorios privado que no pertenece a las universidades de Japón.-explicó Freya-¿Puedo ayudarle en algo?
No, nada…-dijo el profesor Ogawa-…sólo venía a saludar. Me parece tan raro verla por aquí…aunque siempre es un placer, señorita Freya.
Y dígame, profesor Ogawa…-dijo Freya mientras intuía que ese hombre no estaba ahí por casualidad-… ¿se llevan a cabo más investigaciones en esta facultad ahora mismo?
Oh, claro.-dijo el profesor-Ha habido flujos de doctores entre las distintas facultades biosanitarias de la ciudad y ahora tenemos a un nuevo profesor…el brillante y sin parangón Shiroi Kamiyama, que no sólo imparte la asignatura de Biología en el instituto del que es director, sino que ahora está en nuestra plantilla en calidad de profesor de Bioquímica y Genética a la vez que dirige un proyecto en Toxicología del que se encarga esta universidad en unos laboratorios cedidos. Admirable, ¿verdad?
Sin duda.-dijo Freya disimulando su asco-¿Trabaja usted con él en el proyecto?
Así es.-dijo el doctor Ogawa-El doctor Shizumi y yo somos las dos partes de la mano derecha del profesor Kamiyama en esta investigación.
Muy interesante.-dijo Freya esbozando una media sonrisa-¿Qué le parece si hablamos un poco más al respecto?
Como desee.-el doctor Ogawa sonrió ampliamente; en sus ojos se veía la lascivia que la mujer le provocaba-Tengo cafetera en mi despacho…
Eso es estupendo.-concluyó Freya mientras terminaba de dejar el aula impecable-Tengo que ir a mi despacho a dejar esto, así que después pasaremos al suyo. ¿Le importaría acompañarme?
¡En absoluto!-el hombre intentó parecer caballeroso.
Recorrieron el amplio pasillo que llevaba a los despachos, que estaban divididos en secciones.
¿Dónde está su despacho?-preguntó Freya a aquel encorvado hombre de mediana edad que apenas le llegaba a la mitad del muslo.
Cátedra de Bioquímica, señorita.-dijo el doctor Ogawa-¿Y el suyo? Asociados, me imagino.
Para nada.-respondió secamente la mujer-Al ser multidisciplinar, me dieron a elegir cuando ingresé en la plantilla de esta universidad, y elegí ocupar la vacante en la Cátedra de Matemáticas, que es mi rama predilecta.
Oh, perdón…-se excusó el profesor.
Al llegar al despacho de Freya, ésta se giró hacia el profesor. No había nadie en el pasillo.
Craso error…-dijo Freya-…por parte de Shiroi al mandarte ante mí, y por la tuya, viejo apestoso, por obedecerle.
Antes de que el doctor pudiera articular palabra alguna, Freya le crujió el cuello con una mano, dejando que se desplomara en el suelo. De su escote sacó un detector de metales de mano y comenzó a cachear el cuerpo del profesor. Escuchó un pitido. Se quitó las gafas y parpadeó. Vio claramente el interior del cuerpo del hombre, y vio que tenía un dispositivo muy pequeño de captación y grabación de imágenes y sonido entre las costillas. Presionó con un dedo en el punto donde veía aquel objeto. Un leve chispazo y un sonido fugaz pusieron inicio y fin a un delgado y penetrante rayo que salió del dedo de la chica, destruyendo por completo el dispositivo. Acto seguido, sus ojos volvieron a la normalidad, se puso de nuevo las gafas y abrió la puerta del despacho con su llave. Entró, dejó sus cosas encima de la mesa y metió el cadáver del hombre en el habitáculo, el cual cerró con llave desde el interior. Una vez encerrada en su despacho, dejó los papeles relacionados con las clases en el archivador y se guardó convenientemente el detector de metales. En la habitación había un dulce aroma a canela, vainilla y jazmín.
¿Cómo ha dicho?-preguntó Freya para sí-¿El doctor Shizumi?
Se sentía segura, pues no había nada más dentro de aquel hombre: lo había examinado por completo. Recordó entonces que el profesor Shizumi era colega y amigo del difunto Ogawa, y que sus despachos estaban uno al lado del otro. Miró a la pared, donde tenía fijado un portafolios del que colgaban varias listas cogidas con la pinza del mismo. Hojeó hasta encontrar las tablas de los horarios de la facultad, y observó que el doctor Shizumi estaba en ese preciso instante dando clase, es decir, fuera de su despacho.
Perfecto.-dijo Freya.
Agarró el cuerpo de Ogawa y se deshizo en una explosión de pétalos de rosa roja. No tardó ni un nanosegundo en materializarse en el interior del despacho de Akihiko Shizumi. Como no estaba segura de lo que encontraría en el despacho, decidió aparecerse en la ventana que daba al exterior, punto muerto de todas las cámaras de vigilancia que pudiera haber, y con su cuerpo y el de Ogawa hechos invisibles con magia. Efectivamente, había una cámara. Shiroi era listo. La chica chasqueó los dedos y la cámara reventó. Acto seguido, saltó al interior del cubículo y dejó el cadáver, que se hizo visible al separarse de Freya, encima de la mesa, asegurándose de que se viera bien el agujero. Tras ello, volvió a su despacho. Salió del mismo y volvió a cerrarlo con llave. Con total naturalidad, caminó hacia la entrada del garaje de profesores: tenía trabajo en otro sitio.
. . .
Ese hijo de puta desquiciado va en serio.-dijo Freya-Está en la facultad de Biológicas donde trabajo yo, no sé si por coincidencia o por premeditación, y me ha preparado un cepo tremendo.
Yo me he enterado de dónde están sus laboratorios.-comentó Yamiyuki.
El día se había pasado volando entre la investigación y el deber. Caía la tarde y ambos se encontraban caminando por la calle.
Perfecto.-dijo Freya-Con sus laboratorios, su instituto y su universidad, podremos tenerlo vigilado.
Eso espero.-dijo el chico-¿Qué te ha hecho, por cierto?
Me ha mandado a un viejo salido.-dijo la chica-Llevaba una grabadora metida en el cuerpo…pensaba espiarme. En cuanto lo he escuchado hablar de Shiroi he sabido que se trataba de uno de los suyos, así que…lo he matado y lo he dejado dentro del despacho del otro doctor que hay en la universidad trabajando para él. Va a parecer que uno ha matado al otro, por lo cual el que queda vivo caerá por su propio peso, la investigación de Shiroi se parará bruscamente, se molestará, hará ruido, lo escucharemos y podremos pillarlo desprevenido.
Exquisito.-comentó Yamiyuki-Esperemos que esta vez le podamos dar donde le duele.
Créeme…-dijo Freya-…le daremos. Y muy duro.
Detrás de ellos había dos presencias siguiéndolos de cerca…
Así que ésos son los de la otra noche, ¿eh?-preguntó.
Sí…-dijo-…estaban donde mandé al ángel.
Pues ya son tres ángeles…-dijo la primera.
¿Jugamos a cazar ángeles?-preguntó el segundo.
Lo estoy deseando.-respondió.

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