miércoles, 28 de agosto de 2013

[WC] Episodio XXV: Los mundos chocan ~ Parte I

WORLDS COLLIDE
Episodio XXV · LOS MUNDOS CHOCAN PARTE I

¿Te gusta el cuerpo humano?-preguntó Freya-Estudiarlo.
Yurika, que cruzaba el pasillo caminando a su lado, negó levemente con la cabeza.
No ha sido nunca de mis ramas favoritas.-respondió Yurika-La vida, la salud y esos temas son, por supuesto, importantes y merecedores de estudio, pero no me atraen especialmente.
Entiendo…-dijo Freya.
¿Te dedicas a algo relacionado en este centro?-preguntó Yurika.
Sí.-dijo Freya-Aquí dirijo mi línea de investigación en Biomecánica. Nos dedicamos a diseñar, calcular y reproducir trenes de musculatura artificial.
Bueno, si es un estudio tecnológico…ya lo veo con distintos ojos.-Yurika se animó-Biomecánica, ¿eh? Me puede interesar, más que el tema de los músculos, la tecnología y los recursos materiales del proyecto.
Me lo imaginaba.-Freya esbozó una media sonrisa-El laboratorio principal está tras esa puerta grande. La mayoría de los ingenieros están dentro trabajando ahora mismo. También tengo a un grupo de científicos cualificados. En el segundo curso, Yurika, estudiarás los principios básicos de la Ciencia de los Materiales. ¿Te interesa esa rama?
Aún no he empezado a aprenderla, pero suena interesante.-respondió Yurika.
Vas a ver materiales que no vas a dar en clase.-dijo Freya-Tenemos unas flexialeaciones que no existen en ningún otro sitio.
Vaya…-dijo Yurika-… ¿no es eso un secreto industrial?
Parcialmente.-respondió Freya-No es preciso ocultar que trabajamos con flexialeaciones, pero sí es un secreto industrial la composición, proporciones y formulación de las mismas…y eso sólo lo sé yo. El resto de la plantilla siempre trabaja cuando he asentado las bases. Me niego a compartir el secreto del material que he inventado con nadie más.
Eres precavida.-observó Yurika-Eso dice mucho de ti.
Siempre.-dijo Freya-Es mejor prevenir que curar. Vamos a entrar, quiero que veas las instalaciones.
Entraron al laboratorio. Los que estaban allí, saludaron a las recién llegadas.
Hola a todos.-saludó Freya-Ésta es mi becaria, Yurika Kurosu. Es una estudiante superdotada que está cursando seis ingenierías a la vez y vendrá conmigo de ahora en adelante muchas veces. Sólo quiero enseñarle las instalaciones, pues tenemos una reunión en breve. Seguid trabajando, no molestaremos.
¿Una reunión?-preguntó Yurika en voz baja para no molestar a los trabajadores.
Sí.-respondió Freya-Os va a gustar.
Yurika pensó inmediatamente en Metallurgy, Yamiyuki y Aquanika. Tras unas pocas explicaciones y un recorrido detallado por el enorme perímetro, salieron de nuevo al pasillo.
¿Qué tal con Metallurgy?-preguntó Freya.
Me resulta agradable y gratificante trabajar para ella.-respondió Yurika-Tanto tú como ella me estáis enseñando muchas cosas y, sobre todo, me dais el aparato práctico que falta en mis clases teóricas de la universidad. Además, gracias a ambas, voy aún más adelantada en clase.
Me alegro mucho.-respondió Freya-Me imagino que, dada su obsesión por las máquinas grandes, te insistirá mucho con el torno, la cepilladora, la fresadora…
¡Sí!-Yurika sonrió-Me resulta muy enriquecedor aprender también a trabajar con mis propias manos. ¿Sabes? Siempre he pensado que los ingenieros somos los que dirigen a los operarios de manera jerárquica, pero mi ambición va más allá de eso. No quiero ser una vacua reina que mueva peones…quiero ser capaz de entender perfectamente todo lo que hacen mis trabajadores y, ¿qué mejor manera para ello que trabajar con Metallurgy? Es su propia ingeniera y su propia capataz…además, en los días que paso con ella, me ha demostrado que no sólo tiene manos ágiles en la maquinaria industrial, sino también en la cocina. Es muy amable y hospitalaria, pero no deja de ser exigente y de imponerme nivel.
Me alegro de que estés contenta trabajando con nosotras.-dijo Freya-Bueno, es hora de la reunión. Aquanika, Metallurgy y Yamiyuki están avisados.
¿Nos vamos a ver aquí?-preguntó Yurika.
La doctora Vinokourov…-dijo Freya con cierto asco-…ha tenido la amabilidad de cedernos una sala libre del complejo en el que se encuentra hoy para reunirnos.
Ya…-dijo Yurika-…¿con qué le has apuntado en el cráneo?
No quieras saberlo.-Freya se quitó la bata blanca y se dirigió hacia su despacho, seguida por Yurika.
Tras dejar sus cosas en el despacho, cerró la puerta con llave y guió a Yurika hasta el garaje del personal, donde tenía estacionado el coche para dirigirse hacia los laboratorios de Aquanika.
. . .
Freya aparcó el coche en las plazas de estacionamiento que había a cielo abierto a las puertas del edificio. Tanto Yurika como ella salieron y se dirigieron a la entrada, donde vieron a una figura esbelta, con bata blanca, un corsé marrón y negro, una falda de tubo negra y medias semitransparentes de color gris oscuro. Llevaba su larguísima melena rosa recogida en una coleta muy alta con un coletero blanco de joyas preciosas. De ambos lados de su cabeza caían sendos mechones que le llegaban hasta las costillas.
Muy amable por tu parte el esperarnos en la puerta, Aquanika.-dijo Freya a modo de saludo.
Os tendré que colar para saltarnos el papeleo.-dijo Aquanika-Los recepcionistas hoy no han follado.
¿Y tú?-preguntó Freya.
Piérdete.-respondió Aquanika-¿El resto de la gente viene o qué?
Perdonen el retraso, señoritas.-Yamiyuki irrumpió entre ellas.
¿Has llegado ahora mismo?-preguntó Yurika al fijarse en su coche.
Sí.-dijo Yamiyuki-Tenía un pequeño trabajo que finiquitar y he salido todo lo rápido que he podido. Sólo faltan Metallurgy y…
Freya se sonrió. Yamiyuki no terminó la frase.
¿Qué coño os pasa?-preguntó Aquanika.
Nada, Aquanika, no te preocupes.-respondió Yamiyuki.
Un coche blanco de aspecto lujoso y sofisticado comenzó a vislumbrarse en el extremo de la carretera. Lo seguía de cerca uno de color violeta intenso.
Ni que decir tiene quién será la del coche blanco.-comentó Aquanika-¿Y el coche que va detrás?
Puede tratarse de más trabajadores de este complejo.-dijo Freya-Porque no lo tienes monopolizado, ¿verdad?
Todavía no.-respondió Aquanika-Me gustaría que se fueran a la mierda los de Botánica y me dejaran el edificio para mí sola. Mejoraría la logística de mis trabajos.
No todo es perfecto en esta vida…-dijo Freya.
Pero tú has monopolizado varios complejos y no tienes el mismo problema.-le espetó Aquanika.
Si te sirve de consuelo, no puedo monopolizar las universidades públicas.-dijo Freya.
Ah…-suspiró Aquanika-…la universidad. Cómo me gustaría que las cabezas de mis alumnos explotasen…no con armas, sino con exámenes. Lástima que no sea profesora…
Ésa no es la mentalidad.-dijo Freya.
Ya, claro.-le respondió Aquanika-Tú pones los exámenes fáciles, ¿no?
En absoluto.-dijo Freya-No obstante, un buen profesor no es el que pone los exámenes difíciles, sino el que imparte y asegura unos conocimientos tales que, sea como sea el examen, los alumnos serán capaces de aprobarlo.
Los coches terminaron por acercarse al complejo y aparcaron en plazas bastante alejadas. Del vehículo blanco descendió Metallurgy, brillando con su característica piel gris. Caminó hacia los que estaban esperando en la puerta y sonrió amablemente.
¡Hola!-exclamó muy contenta-¡Me alegro de veros a todos! ¿De qué se tratará esta reunión, Freya?
Faltan dos personas.-dijo Freya.
¿He oído bien?-preguntó Aquanika.
Perfectamente.-respondió Freya.
Pero…-balbuceó Metallurgy.
Los conoces.-dijo Yamiyuki-Tú no, Yurika, pero en breve sí.
Del coche violeta descendió Ibara del asiento del conductor, a la vez que Itami bajaba del asiento del copiloto.
¿Son ésos?-preguntó Aquanika-¿Más críos? ¡No me jodas!
¿Quiénes son?-se extrañó Yurika.
No…-dijo Metallurgy con reticencia-…vosotros…
Se acercaron al resto del grupo, ambos con expresiones serias.
Veo que no nos hemos equivocado de lugar.-gruñó Ibara.
Vamos dentro, Aquanika, si eres tan amable…-dijo Freya.
Quiero una explicación de todo esto.-dijo Aquanika-El arma de fuego más cercana no está en el cajón de mi despacho, como en las películas…sino mucho más a mano…
La tendrás.-le cortó Freya-Vamos dentro, he dicho.
Aquanika se giró y abrió las puertas. Los demás la siguieron en tropel.
Miembros de la comunidad científica.-ladró Aquanika a los recepcionistas-Están interesados en que les venda unos patrones experimentales. No nos llevará más de una o dos horas de reunión.
Pero, doctora Vinokourov…-dijo uno de los hombres de la ventanilla de la recepción.
Es un asunto de prioridad alta.-dijo Aquanika-No podrán venir a reunirse en lo sucesivo, debemos hacerlo hoy. Hay una sala libre en la planta cuarta. No interrumpiremos las líneas ajenas a la mía.
No obstante, se ha de firmar un…-dijo el hombre.
Cierre la boca o haré que le despidan.-dijo Aquanika.
Se dio la vuelta y continuó caminando. Metallurgy le hizo una agobiada reverencia a modo de disculpa y siguió al resto del grupo.
Te pueden amonestar por eso.-contestó Freya.
Cortaría las cartas de amonestación a medida y las plegaría sobre un cilindro de cartón que colocaría en los dispensadores de papel higiénico de los servicios.-dijo Aquanika-Me quedarían muy bonitas.
Vaya…-dijo Freya.
Al llegar a la sala, vieron una enorme mesa redonda de madera. Los presentes tomaron asiento, con Freya en la presidencia.
Ya estamos todos.-dijo Freya mientras cruzaba las piernas en su asiento-Ante todo, mis disculpas por interrumpir vuestro calendario de actividades. Ésta será nuestra última reunión antes de proceder con la operación en su totalidad. Lo primero que quiero hacer es presentar formalmente a nuestros dos nuevos cooperadores: ella es Ibara Kasumidai y él es Itami Kirishima. No son científicos ni ingenieros, pero supondrán una gran ayuda en el campo de batalla. Además, me he encargado de hacerles pruebas de inteligencia para comprobar si, en efecto, eran superdotados, como el resto de nosotros. Ante la positividad de las pruebas, no  puedo hacer otra cosa que darles la bienvenida.
¿Freya?-preguntó Metallurgy.
Adelante.-dijo ésta con cordialidad.
Pensaba que esta pareja trabajaba para Shiroi Kamiyama…-dijo la chica de cabello blanco…que eran parte del enemigo.
En efecto.-terció Yamiyuki-Eran. Fueron engañados, forzados y amenazados por Shiroi para batirse contra nosotros y, tras el violento resultado del combate en el que pretendieron robarnos un objeto importante, los hemos convencido para que lo dejen atrás. Puede que hayan intentado herirnos en más de una ocasión, pero Shiroi es tan malo para ellos como para nosotros. Tienen un contrato legal de las mismas características que el de Aquanika.
Sois tontos.-dijo Aquanika mientras aplaudía-No sabéis en qué mierda os habéis metido. Esta zorra de largo infinito os va a tener en escuadra a cada segundo, no vais a poder ni parar para respirar.
Nos gusta esforzarnos.-respondió Itami.
A ella en el fondo también.-Freya le dio la razón.
Oye, tía…-dijo Ibara.
¿Me dices a mí?-preguntó Freya-Mi nombre es Freya.
A ver…Freya…-dijo Ibara con asco-…vamos a ayudarte, sí. Lucharemos junto a ti, seremos tus matones. Nos podrás mandar a las batallas que quieras, como hacía Shiroi, pero…no queremos que nos pagues.
¿Disculpa?-preguntó Freya.
Te debemos una.-dijo Ibara-Estaba hecha mierda, pero vi cómo les zurraste a los esbirros de Shiroi cuando os persiguieron por habernos llevado con vosotros. Nos has salvado la vida y vamos a ayudarte por ello. Será nuestro pago. Además, nuestros deseos de venganza se pueden comparar a los vuestros de erradicarlo.
Itami, ¿estás de acuerdo?-preguntó Freya con diplomacia.
Esto lo hemos decidido entre ella y yo.-respondió Itami asintiendo-No creemos que suponga problema para vosotros…vamos a hacer lo mismo que haríais pagándonos, pero gratis. No nos malinterpretes, no nos consideramos tus amigos ni tus colegas, ni tuyos ni de nadie de los presentes, pero nos gusta luchar y ya hemos visto que, para vengarnos de Shiroi, necesitaremos más manos. Lo único que pedimos a cambio es que nos dejéis trabajar como queramos fuera de esto.
Eso es.-lo respaldó Ibara-Queremos tener nuestra vida: ir a clase, matar a quien nos pidan, actuar en antros…queremos hacer lo que hacíamos antes de que Shiroi nos agarrase.
Eso es algo que hacemos todos los aquí presentes.-dijo Freya-Dadlo por hecho. Sólo os llamaremos cuando tengamos que obrar colectivamente.
Freya…-dijo Metallurgy-…me sorprende que hayas traído a tantos enemigos a nuestro bando.
Como dije la otra vez…-dijo Freya-…no tenéis que fiaros de ellos si no queréis. Fiaos de mí.
Metallurgy asintió con la cabeza.
Ya no somos vuestros enemigos.-dijo Ibara.
Pero…-dijo Metallurgy.
¡Tranquila, guapa!-terció Itami-Nos zurramos una vez, pero no nos zurraremos dos. Ahora, lucharemos en el mismo bando.
Nunca os perdonaré lo de Stern…-dijo Metallurgy amargamente.
Oh, es cierto…-dijo Ibara-…robasteis los datos de Shiroi. Jugamos con ventaja, ¿no?
De eso se trata la reunión de hoy.-dijo Yamiyuki-A partir de hoy, sí tenemos oficialmente la ventaja.
Freya sonrió.
Gracias a nuestras averiguaciones sobre Shiroi y el chantaje implícito ante el que lo tenemos sumido…-dijo mientras jugueteaba con su pelo-…gracias a las técnicas de adquisición y protección de información de Metallurgy…gracias al hacking de Aquanika…gracias a la magia introducida por Yurika por sus pesquisas sobre el libro…y gracias a la potencia de combate que aportáis todos y cada uno de vosotros…creo que estamos preparados para atacar de frente.
¿Vamos a ir a por Shiroi?-preguntó Yurika.
Así es.-dijo Freya.
Me parece bien.-dijo Aquanika-Ya tenía ganas de mover el esqueleto. ¿Cuándo, dónde y cómo?
Mañana por la noche, a bocajarro.-respondió Freya-Gracias a la planificación que había entre los datos que Metallurgy adquirió en la gala, estoy enterada de que mañana habrá poca concentración de personal en su complejo. Asimismo, con los informes de producción de su fábrica, estoy más que segura de que tenemos armas grandes y pesadas suficientes para proceder. Sumémosle a todo eso nuestras particulares y personales colecciones de armas: dos matones, una mercenaria…y todos somos grandes artistas marciales oficialmente reconocidos. Vamos en cabeza. Hay algo escrito sobre una reunión secreta, lo cual es la segunda razón por la que pienso hacerlo mañana por la noche. ¿Alguna pregunta?
Miles.-respondió Yurika-No obstante, estoy ya acostumbrada a esta locura y haré lo que haya que hacer.
Sabias palabras.-dijo Freya-No esperaba menos.
Freya se levantó de la mesa y comenzó a dibujar esquemas estratégicos en la pizarra blanca con un rotulador negro. Comenzó a explicarles paso por paso lo que harían y, finalmente, fijó las horas del encuentro.
¿Todo claro?-preguntó.
Todo aquello había sido muy súbito para todos, pero, en resumidas cuentas, lo que tenían que hacer era estar a la hora acordada en el lugar acordado, pues todo lo demás sucedería de manera guiada.
. . .
El extrarradio estaba bastante oscuro, únicamente iluminado por las lejanas luces de la ciudad. Freya lucía un ostentoso corsé negro de placas, una minifalda y unas botas altas de suela gruesa con tiras metalizadas, así como unas medias de rejilla, unos guantes de pico y un faldón vaporoso de tela curvada. Tras ella, estaba su enorme coche y, a su lado, Yamiyuki, con su cuerpo cubierto en una ostentosa túnica negro muy ceñida y retorcida sobre sí misma hasta la altura de la cadera, donde descendía formando una campana. Tenía un cuello cuadrado blanco con ribetes negros y dibujos de cruces, a juego con los puños de las retorcidas mangas, y unas botas altas ajustadas con cordones blancos.
Tendrán que estar al caer.-dijo Freya mirando el reloj.
Aquí estoy, sí.-respondió una voz entre las sombras.
Aquanika descendió de entre los árboles. Iba envuelta en una capa negra y cubierta con una capucha. Se puso de pie, se quitó la capucha y se echó la capa hacia atrás, revelando un uniforme de espionaje apretado de cuero sintético negro con un cierre de cremallera abierto hasta el ombligo, luciendo un generoso y pronunciado escote. Se soltó la melena por encima de la capa. Detrás de ella se escucharon sigilosos pasos. Gracias a los focos del coche, distinguieron a Ibara y a Itami acercándose. Ibara iba ataviada con un sujetador negro con corazones rojos dibujados rodeando la zona del pezón, unos cortísimos pantalones negros, botas altas negras y una cadena colgando del lateral del pantalón. En una mano, llevaba una cadena que acababa en un collar que Itami llevaba en el cuello. El chico la acompañaba a cuatro patas como si fuera un perro. Llevaba una camisa negra abierta cortada a media altura, tapándole sólo hasta las costillas, unos calzoncillos muy ajustados, medias negras, botas con pinchos y, en el cuello, junto al collar de mascota, un aro negro del que colgaban, unas al lado de otras, varias corbatas largas, cada una de un color, todas brillantes y saturadas.
Bien, ya estamos todos.-dijo Freya-Conduzco yo. Yamiyuki, al copiloto. Vosotros tres, detrás. Aquanika, siéntate en medio de esos dos: me niego a que se produzca ninguna obscenidad en mi coche.
Los jóvenes ocuparon sus asientos. Freya arrancó el motor, encendió el equipo de música y seleccionó una canción para amenizar el viaje.
Pisó el embrague y comenzó a conducir rumbo al complejo de Shiroi.
Ese capullo se va a enterar.-dijo Freya-Lo vamos a pillar en plena reunión y le vamos a dar una lección.
Ya sabes las reglas.-dijo Yamiyuki-Quiero ser quien lo mate.
No nos interpondremos en el combate si consigues establecer contacto directo con él.-dijo Freya-¿Lo habéis oído?
Sí.-dijo Aquanika, quien notaba algo extraño a sus laterales.
Miró a ambos lados. Ibara e Itami se miraban con lascivia mientras miraban a la propia Aquanika. Bajó sus ojos y vio una mano de Ibara y otra de Itami dirigiéndose hacia ella: querían agarrarle un seno cada uno. Los agarró por las muñecas y se las retorció, convirtiendo sus caras de placer en muecas de dolor.
Pregunta que si os habéis enterado.-dijo Aquanika.
Sí…-gimió Ibara.
…perfectamente.-respondió Itami.
Volved a intentar tocarme las tetas y será lo último que haréis.-Aquanika soltó las manos de la pareja.
No hablaron mucho más. Al llegar a las instalaciones de Shiroi, vieron a un montón de robots y máquinas automáticas de combate peinando la zona.
¿Qué es eso?-preguntó Itami.
La seguridad.-respondió Freya-Nada de lo que haya que preocuparse.
¿No van a querer aplastarnos?-preguntó Ibara.
Sí, pero no van a poder.-respondió Freya-Mirad bien por las ventanas.
Montones de robots blancos, plateados y grises estaban sitiando a los robots de seguridad mientras les golpeaban, les disparaban y les lanzaban proyectiles pesados.
Hay que reconocer que Metallurgy trabaja bien.-dijo Yamiyuki.
Muy bien.-respondió Freya mientras seguía conduciendo-¿Has visto para lo que sirve tu CNC, Aquanika?
¿He estado dirigiendo todo este tiempo la fabricación de estas cosas?-preguntó Aquanika-Vaya, no está mal…
La optimización.-corrigió Freya-El grueso de las máquinas lo ideamos y pusimos en fabricación entre Metallurgy y yo hace un tiempo. No obstante, nos has sido de gran ayuda igualmente.
Hablando de la reina de Roma…-dijo Ibara-…¿dónde están la lolita y la peliblanca?
Yamiyuki señaló hacia arriba.
Se reunirán con nosotros cuando bajen.-dijo.
Un enorme robot con forma de dragón sobrevolaba las instalaciones. Era blanco nuclear con articulaciones plateadas, garras plateadas y doradas y ojos dorados. Las articulaciones de las alas tenían barras plateadas, blancas y negras. A base de cañones, ametralladoras, disparadores, rayos láser y lanzallamas, destruía a las hordas de seguridad que encontraba mientras emitía señales electromagnéticas para burlar la seguridad.
Están un poco altas ahora mismo.-dijo Freya-Pero no os preocupéis, las veremos.
¿Están dentro de ese dragón?-preguntó Itami.
Metallurgy dijo desde un principio que, por regla general, no viajaría con nosotros.-dijo Freya-Está haciendo honor a su palabra. Si bien se ha unido al campo de batalla, está actuando por su cuenta y con sus medios. Esa máquina con forma de dragón la pilota ella. Yurika también está dentro. A eso me refería ayer en la pizarra con lo del ataque por lo alto.
Llegaron a las plazas de aparcamiento. Sin preocuparse ni un ápice, Freya aparcó en pleno campo de batalla. Veían chispas, explosiones, fuego y trozos de máquinas saltando aquí y allá. Se bajaron del coche.
Ahí está la puerta.-dijo Freya-Entraremos por la entrada principal, como toda visita de honor que se precie.
Freya echó a andar con decisión. La siguió Yamiyuki. Lo siguió Aquanika. Tras ellos, Ibara e Itami, cogidos de la mano, caminaban también hacia la entrada del edificio que tan amargos recuerdos les traía. Hacía mucho viento. Juntando el efecto de dicho viento con las ondas expansivas del campo de batalla, las melenas y las ropas de los héroes que caminaban atravesando la seguridad sin que ésta tuviera tiempo de herirlos ondeaban salvaje y elegantemente. Finalmente, se colocaron frente a la puerta principal, protegida con una pesada puerta de seguridad automática firmemente cerrada. Se colocaron los cinco en fila india, dispuestos a entrar en cuanto pudieran. El dragón emitió un rugido que se tradujo en un pulso electromagnético elevado. Oyeron un chasquido y la puerta automática comenzó a abrirse como si los invitara a pasar.
Bien, Metallurgy.-dijo Freya sonriéndose-Bien, Yurika.
La puerta terminó de abrirse, quedando ante ellos unas escaleras y una puerta común que, en caso de estar cerrada, podría romperse fácilmente. Ascendieron las cortas escaleras de entrada con presteza, dispuestos a entrar por la puerta.
. . .
¿Qué encontrarán nuestros héroes en las instalaciones de Shiroi? ¿Estará solo o acompañado? ¿Qué habrá detrás de tanta y tan avanzada seguridad? ¿Qué sucederá en medio de este despliegue tecnológico de combate? ¿Tendrá Shiroi Kamiyama un as en la manga para cambiar las tornas? ¿Será éste su fin? Las respuestas a todas estas preguntas y a muchas otras que podáis tener las leeréis próximamente, ¡en la segunda temporada de Worlds Collide! ¡No os perdáis, en un futuro cercano, Coalescence ~ Worlds Collide II!

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CONTINUARÁ

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