martes, 10 de septiembre de 2013

Coalescence: Worlds Collide II ~ Episodio I: Los mundos chocan- Parte II

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio I · LOS MUNDOS CHOCAN PARTE II

Cerrada, como me imaginaba.-dijo Freya tras palpar la puerta.
¿Y bien?-Ibara se encogió de hombros.
Lo sabes tan bien como yo.-respondió Freya.
Todos lo sabemos.-Aquanika se cruzó de brazos.
Se miraron los unos a los otros y asintieron. Hasta un grupo tan heterogéneo como aquél tenía rasgos en común. La gigantesca Freya avanzó dos pasos y, liberando un enérgico grito, rompió la puerta de una patada frontal empujando con la planta del pie derecho.
Vía libre.-dijo Freya-Las mujeres y los niños primero.
¿Tienes especial interés en que entre el último?-preguntó Yamiyuki.
¿Insinúas que soy un niño?-preguntó Itami.
No entendéis mi humor.-dijo Freya desde la mitad del pasillo que ya había atravesado.
¿Es siempre así?-preguntó Ibara mirando a Aquanika y a Yamiyuki.
A mí no me preguntes.-respondió Aquanika mientras se adentraba en el pasillo-El asco que me da es más grande que ella misma…si es posible.
Ibara se encogió de hombros una vez más y se adentró en el pasillo a la vez que Yamiyuki y seguida de cerca por su pareja, Itami.
¡HOLA, DOCTOR KAMIYAMA!-gritó Freya-¡LE TRAIGO UN PRESENTE!
Discreción ante todo…-susurró Itami.
Hemos bombardeado los aledaños y reventado la puerta.-dijo Yamiyuki con una sonrisa socarrona-¿Crees que no sabe que estamos aquí?
Se escuchó un grito de dolor. Freya dejó caer a un guardia con las cuatro extremidades partidas.
Lo sabe de sobra.-dijo la chica con cara de asco.
¡Comité de bienvenida!-sonrió Aquanika crujiéndose los nudillos-¡Mi aperitivo favorito!
¿Pasamos de esta gente en la medida de lo posible y nos divertimos?-preguntó Itami.
Me lo has quitado de la boca.-dijo Ibara mientras corría hacia la esquina que doblaban los guaridas de Shiroi para asaltarlos.
Con lo maravillosa que es tu boca…-replicó Itami mientras se colgaba del techo y preparaba su ofensiva.
¡HAH!-gritó Freya escindiendo las vértebras del cuello de un guardia con un golpe con el canto de su mano izquierda-¡HAI!-lanzó a otro por los aires de un rodillazo-¡Vamos, chicos, servíos, que se acaban!
Comenzaron a llegar más y más guardias, algunos motorizados, conduciendo compactos vehículos de dos plazas en el anchísimo pasillo. Aquanika sonrió pérfidamente, sacó un manojo de estiletes de su capa y agujereó los chasis de dos vehículos.
Cuestión de segundos que…-susurró Aquanika.
Los vehículos explotaron, calcinando a sus ocupantes.
…las hojas penetren hasta el motor.-sonrió ácidamente.
¡No está tan mal juntarse con estos tipos!-exclamó Ibara mientras destrozaba a base de puñetazos de boxeo británico a cuantos se le terciasen-¡Las excursiones son divertidas!
¡Y más si son rodeados de gente buenorra!-apostilló Itami cayendo desde el techo sobre tres guardias, segando sus gargantas con unas cuchillas de arco.
Son muy difíciles de tratar, pero hay que reconocer que todos y todas tienen un polvazo…-dijo Ibara sacudiéndose la melena.
Un soldado saltó desde detrás de ella hacia su espalda. Yamiyuki apareció frente a él con la velocidad de una centella y le pateó la cabeza, propulsándolo hacia una arista entre dos paredes, donde se partió la columna vertebral.
Gracias por el cumplido.-dijo Yamiyuki adoptando una elegante guardia.
¡Esto es grande!-exclamó Freya-¡Muy grande!
¿Estamos trabajando colectivamente o vamos por libre en media compañía?-preguntó Aquanika.
No tengo la culpa de que te pese el culo.-le espetó Freya-¡Acercaos y mirad esto!
El pasillo se había abierto formando un enorme abanico lleno de bifurcaciones, puertas, ascensores casi desnudos y un más que notable aparato de trampas extendido por toda la estancia. Sonó una alarma.
Un poco tarde para eso, ¿no?-comentó Itami.
De uno de los abismales huecos emergió un ascensor que, al llegar al piso, se abrió y liberó a dos robots de aspecto muy pesado y algo más de dos metros de estatura.
¿Aún le quedan juguetes?-preguntó Yamiyuki-Típico de ratas como él…
Un manojo de rayos afloró de la mano derecha del chico.
Me molestan vuestras caras.-dijo Yamiyuki-Me niego a que sean legales. ¡A la mierda!
Le estampó la palma de la mano en el pecho a uno de los robots, haciendo que se convulsionara. Acto seguido, cerró el puño y golpeó al otro robot, provocando un efecto similar. En ese momento, escucharon leves y sigilosos pasos de dos personas que se acercaban corriendo al punto de la escaramuza. Cuando se acercaron lo suficiente, pudieron reconocerlas: armada con un martillo gigantesco, Metallurgy saltó hacia uno de los robots y lo machacó de un fortísimo golpe mientras que, por el otro lado, Yurika convertía una de sus piernas en una barra pesada y molía el abdomen del otro androide. La chica de cabello blanco ya no tenía la piel gris, sino verdosa. Por su parte, Yurika lucía un kimono personalizado estilo Angura Kei de seda negra y rosa con botas altas a juego, negras con cintas rosas a modo de fijación.
¡Bienvenidas a la fiesta, chicas!-sonrió Yamiyuki.
¡Qué guapas habéis venido!-dijo Freya en un intencionalmente sobreactuado tono pomposo.
Como ya te dije, me he acostumbrado a la locura.-respondió Yurika-Me es igual arriesgar mi vida con ropa de combate o arreglada como si fuera a salir de fiesta, como es el caso. Y veo que los demás venimos también en unas galas muy de fiesta…o de…-miró a Ibara y a Itami-… ¿cine porno?
Ya quisieran esas enanas aprender algo de mí.-se jactó Ibara.
Y ya les gustaría a esos pichas cortas sentir el peso real de una buena entrepierna.-rió Itami.
Ya…-respondió Yurika.
¿Me explicas luego lo del verde, Metallurgy?-preguntó Freya.
Tan observadora como siempre, por lo que veo.-Metallurgy sonrió-Hablaremos más detenidamente cuando todo esto acabe…porque acabará con un tanto a nuestro favor, ¿verdad?
Verdad.-Freya le devolvió la sonrisa-Veamos, compañeros, esto es demasiado grande para ir juntos. Tenemos que dividirnos y explorar convenientemente. Ibara, Itami, huelga decir que lo haríais muy bien juntos. Yurika, Metallurgy, no os matará pasar un rato más juntas. Yamiyuki, tú irás con Aquanika, se ponga como se ponga. Yo estoy sola. ¿Alguna duda?
Nadie replicó.
¡En marcha!-Freya echó a correr por un camino.
El resto de los miembros del grupo se dividió en parejas y tomaron distintas vías.
. . .
Tras varios giros y derivaciones en la exploración, Aquanika y Yamiyuki habían caído encima de un ascensor que bajaba.
Si nuestro enemigo fuera un cerdo en lugar de un cerdo con inteligencia…-reflexionó Yamiyuki-…la arquitectura de este maldito edificio no cambiaría semanalmente o a frecuencias similares.
Aquanika no hablaba.
Está bien.-respondió Yamiyuki-Si no quieres que rompamos el hielo, lo dejamos estar. Peor para ti…yo tengo muy claro lo que hemos venido a hacer.
No eres más que un perro de Freya…-le espetó Aquanika-…su botones.
Perdona que no me ría.-respondió Yamiyuki.
¿Hasta cuándo vas a hacerte el educado?-preguntó Aquanika mientras bajaban encima del ascensor.
No estoy fingiendo.-respondió Yamiyuki-No tengo necesidad de faltar el respeto. Lo mejor de los errores es el momento en que quien los comete los descubre y aprende de ellos.
Así que no llevo razón, ¿eh?-preguntó Aquanika.
Ninguna.-respondió Yamiyuki mientras observaba en todas las direcciones.
Al mirar a su alrededor, vio cómo una bestia metálica de cuatro patas bajaba hacia la caja del ascensor a toda velocidad con objeto de cazar a la pareja. Cuando estuvo lo suficientemente cerca como para que se oyeran sus bamboleos, Aquanika extrajo una lanza de su capa. Yamiyuki se interpuso entre la chica y el robot y saltó ágilmente, devolviendo a la mole a las alturas de una patada. Acto seguido, ascendió propulsándose entre las paredes y pateó a la máquina en lo que sería su lomo con el talón izquierdo. En mitad de la caída, le lanzó un potente chorro de fuego que calentó todo su chasis. Finalmente, bajó de nuevo a la caja del ascensor y alzó el puño.
¡Puño Pétreo!-exclamó Yamiyuki.
Su puño y parte de su brazo se convirtieron en piedra, atravesando limpiamente a la pesada máquina, que se hallaba ablandada por el fuego. Tras unos segundos de chisporroteo, se desmembró en un estallido.
Así que el único tío de la mesa sólo sirve para poner cortinillas, ¿eh?-preguntó Yamiyuki.
. . .
Ibara e Itami estaban recorriendo una serie de pasillos laberínticos y enrevesados. Sabían que tenían que buscar a Shiroi o a cualquier persona cercana a él y notificar al resto del grupo cuando lo hicieran. Cruzaron un lóbrego umbral y llegaron a un pasillo especialmente ancho en cuyo otro extremo había una puerta negra.
Espera.-Ibara extendió el brazo para que Itami no se aventurase-Tú también lo ves, ¿no?
Se nota a la legua…-dijo Itami-…y más cuando, por tu naturaleza, llevas toda la vida haciendo con ellas lo que te sale de la polla, en el sentido más literal y fisiológico de la expresión…
…trampas.-Ibara terminó la frase-Inútiles y predecibles.
La joven sacó de su bolsillo una pequeña varilla negra de unos pocos centímetros. Al asirla con firmeza, se alargó: era su bastón, de longitud variable a placer por poder mágico. Comenzó a orientar el bastón y a extenderlo para tocar determinados puntos del suelo, de las paredes y del techo, activando varios pozos, trozos de suelo espinosos, lanzas saliendo de la pared, péndulos cortantes descolgándose del techo y varios dispensadores de gases venenosos que la chica no tardó en neutralizar con su poder natural de las toxinas mediante un erótico baile de barra.
Ya están todas.-corroboró Itami-¡Vamos!
La pareja corrió hacia la puerta a buen ritmo.
¿Dónde está la persona, animal, monstruo, máquina o mierda en general que custodia la puerta?-preguntó Ibara-¿De qué orificio sorpresa va a salir?
Es una buena pregunta.-respondió Itami-¿Y si no hay nada ni nadie?
Llegaron a la puerta y la tocaron con sus manos.
Efectivamente…-dijo Ibara-…nada ni nadie. Y es extraño, porque la puerta está libre de trampas.
¿Cerrada a cal y canto?-preguntó Itami mientras hacía ademán de abrirla.
El chico la abrió sin problemas.
¡No puede ser!-exclamó Ibara entre sorprendida e indignada.
¿A quién te recuerda esto?-preguntó Itami.
Mierda…-Ibara se llevó una mano a la frente.
Así los llamábamos cuando teníamos que verlos.-le recordó Itami.
No merecían otra cosa.-Ibara se resignó a entrar con cara de asco.
. . .
Guardia tras guardia, todos caían sin piedad. Las ágiles, potentes y airosas patadas de Yurika daban buena cuenta del pelotón que había intentado rodearlas. Paralelamente, Metallurgy los despachaba golpeándoles con un puño americano fabricado con sus aleaciones especiales.
Me pregunto si a los demás les han tocado itinerarios tan llenos de insectos como éste…-dijo Yurika mientras peleaba al lado de su compañera y tutora.
¡Largaos, pesados!-chillaba Metallurgy mientras rompía sus chalecos de seguridad y los huesos de debajo con vigorosos puñetazos-¡No me hagáis tirar de mi última mezcla más de la cuenta! ¿No veis lo dura que es?
Esta mujer es el demonio…-dijo uno de los guardias-…atraviesa cualquier cosa con esos puños… ¡INCLUSO ES VERDE!
¡COBARDES!-gritó otro guardia-Os enseñaré que ese cuerpecito es tan frágil como parece, sea cual sea su color…
El guardia, más temerario que valiente, se quitó sus guantes de seguridad y, con las manos desnudas, apretó los puños y se dispuso a golpear a Metallurgy en el abdomen. Al verlo, ésta puso los brazos en jarras y acercó su vientre a sus puños. Sonó algo más parecido a un arañazo o un corte brusco que un puñetazo. El hombre retiró su mano y vio que la piel estaba hecha jirones, y le escocía y sangraba mucho.
Para medir lo frágil que soy, primero tendrás que hacer que note tus cosquillas, ¿no crees?-sonrió Metallurgy.
¿Qué demonios…-Yurika se extrañó.
¡ATRÁS!-gritó otro guardia-¡NO ES HUMANA!
Ya lo creo que lo soy.-dijo Metallurgy con una feliz sonrisa-Sólo os digo dos cosas: una es que no soy verde, sólo tengo un pequeño dejo verdoso…y la otra…es que no quiero que os vayáis sin que os devuelva lo que es vuestro.
Miró con una sonrisa casi infantil al guardia que había destrozado su puño contra ella.
¿Qué cojones estás mirando, bruja?-le preguntó apretando el otro puño.
Je…-rió Metallurgy-¡Técnica especial de Fuerza Bruta! ¡Bobina Tesla!
La chica de cabello blanco le dio la espalda al hombre, se abrió de piernas y comenzó a girar sobre sí misma en un ángulo oblicuo, golpeando su cara continuamente con una patada tras otra. Acto seguido, juntó las piernas, las encogió mientras saltaba y las estiró en el aire, propinándole una coz que lo lanzó fuertemente contra los miembros restantes del pelotón, que salieron disparados.
¡Tomad ésa!-Metallurgy apretó un puño mientras sonreía.
Ese movimiento me ha gustado.-comentó Yurika con una sonrisa de alivio.
¡Gracias, cielo!-sonrió Metallurgy-¿Vamos?
¡Claro!-exclamó Yurika.
Continuaron avanzando.
. . .
Has sido muy lista alejando a todo el mundo de aquí para que no murieran.-Freya oyó una voz detrás de ella-Tan lista como siempre.
Y por la cuenta que me trae, ¿sabes?-dijo Freya-La tontería es algo que me produce una alergia tal que no creo que pudiera mantenerme en pie si fuera tan estúpida como tú.
Veamos cuánto te dura esa sorna…-el hombre abrigado por las sombras caminó hacia Freya.
De momento, veinte años.-dijo Freya-Y, ¿sabes cuántos años tengo? Exacto: veinte.
Siempre has sido una niñata asquerosa…-respondió la voz-…mirando a todos por encima del hombro…
Querido, ¿por dónde coño quieres que los mire?-preguntó la chica con más sorna todavía-¡Soy la persona viva más alta de este puto planeta ahora mismo! Si tienes envidia, jódete, es así de fácil.
No saldrás viva de aquí, Freya.-le respondió-Y, cuando tú caigas, nada podrá salvar a esos estúpidos que has traído contigo.
Yo en tu lugar no los subestimaría.-dijo Freya-Si, bien por tu cobardía, bien por falta de tiempo, bien por motivos de fuerza mayor, yo no pudiera darte una lección aquí y ahora, cualquiera de mis camaradas te podría hacer morder el polvo ipso facto.
¿Osas llamarme cobarde?-preguntó el hombre-¿Sin ni siquiera haberme visto cara a cara?
Veo que careces de problemas de audición.-respondió Freya-Me alegro por ti. Si fueras tan valiente como insinúas, no tendrías problema en dejarme que te viera…o, por lo menos, que te viera mientras tú fueras consciente de ello, a diferencia de como te estoy viendo ahora. ¡LITHE, PEDAZO DE PERRO INÚTIL, SAL DE DETRÁS DE ESA JODIDA ESQUINA Y QUÍTATE ESE MODIFICADOR DE VOZ: APESTA TANTO COMO TÚ!
Se oyó un golpe. Freya vio un pequeño aparato hecho añicos en el suelo.
¿Cómo me has…-preguntó Lithe saliendo de su escondite.
¿Descubierto?-Freya terminó la frase-Es tan fácil que me daría pena si esa palabra existiese para mí cuando hablamos de mis enemigos. ¿Qué tal si me llevas ante Shiroi por las buenas? ¿O quieres repetir lo de aquella vez?
No voy a hacer nada por las buenas.-Lithe se puso en guardia-Si eres tan infalible como presumes, yo ya estaría tumbado en el suelo…algo estás tramando, ¿verdad?
Veo que siguen intentando educarte, Lithe…-dijo Freya-…tal vez algún día tengan suerte…o la vida los recompense por sus esfuerzos. Efectivamente, estoy tramando algo…y es tan obvio y estúpido que me parece hasta dantesco que no te hayas dado cuenta.
Lithe hizo un ademán amenazador hacia la joven, que se rió.
Tu percepción apesta, tío.-le espetó-Hasta un niño de cuna se habría dado cuenta…
¿De qué?-preguntó Lithe.
La fuerza bruta se te tiene que dar acojonantemente bien para que todavía no te haya tirado ese cerdo a la basura.-dijo Freya-Mi maquiavélico plan era éste: ¡reírme!
¿DE QUÉ DEMONIOS TE TIENES QUE REÍR AHORA?-chilló el corpulento chico.
Se escuchó el sonido de un proyectil cortando el aire. Lithe sintió un punzante dolor en su cabeza: un cuchillo acababa de atravesar su frente a una profundidad intermedia. Freya se echó a reír.
Tocado.-dijo una voz desde detrás de ellos.
Otro proyectil. Una navaja abierta le atravesó un hombro.
Doble.-dijo otra voz.
Otro más. Un cuchillo kunai le atravesó el otro hombro.
¡Diana!-exclamó una voz meliflua.
Un último proyectil puso fin a la escena: una daga voladora se clavó en el musculoso abdomen del joven de pelo verde.
Y, con esto, hemos formado una hermosa cruz.-dijo otra voz-Aunque, si unimos los cuatro puntos correlativamente, forman un rombo perfecto. Lo hemos hecho genial.
De las sombras salieron Aquanika con las manos cargadas de cuchillos, Ibara con varias navajas entre los dedos, Itami con dos puñados de kunai formando abanicos y Yamiyuki sosteniendo una daga voladora con dos dedos.
¿Era o no era para reírse como una niña a la que le hacen cosquillas?-preguntó Freya entre carcajadas-¡Tienes cara de estúpido hasta para quedarte sin conocimiento y sin sangre! ¡JAJAJAJA! Justo a tiempo, chicos, sabía que no me defraudaríais.
Sabía que te gustaría.-dijo Yamiyuki-Casi discutimos al elegir entre rombo o romboide.
¿En serio?-preguntó Freya mientras pisaba sin disimulo el cuerpo de Lithe.
¡Chicos!-exclamó Metallurgy.
Metallurgy y Yurika llegaron corriendo desde la otra punta del pasillo.
Por lo que sé, Shiroi está detrás de esa puerta.-dijo Freya-La trampa de Lithe era, cuanto menos, patética, pero era una media verdad…siento su presencia.
Y yo también.-dijo Yamiyuki con asco.
Nosotros también hemos venido hacia aquí guiados por unas…auras familiares.-dijo Ibara.
Ahora que lo decís…-dijo Aquanika-…algo ahí dentro huele a la peor mierda.
Yo no siento a nadie, pero tengo un mal presentimiento…-dijo Metallurgy.
Creo que eso lo tenemos todos…-comentó Yurika.
Freya asintió con la cabeza.
Es hora de saludar a nuestro anfitrión, ¿no crees?-preguntó Freya.
Sin mediar más palabra, tiró la puerta de una patada.
¡Kamiyama, hemos venido a por tu cabeza!-exclamó Yamiyuki irrumpiendo en la sala-¿Qué demonios es esto?
Shiroi se hallaba reunido, formando un círculo con individuos muy variopintos. Estaban haciendo magia: entre todos tenían trazado un aro lleno de simbología mágica que emitía colores muy brillantes.
Ibara e Itami se asomaron y se fijaron en el grupo. En él, había dos personas de su edad, una chica de cabello verde y un joven de cabello verde azulado.
¡VOSOTROS!-chilló Ibara-¡Lo sabía! ¿Qué mierda hacéis aquí, CON ESTE ENGENDRO?
Voy a esparcir vuestras sucias tripas por…-amenazó Itami.
¡PENSABA QUE ESTABAS MUERTA!-exclamó Aquanika-¿TE SUPO A POCO, ZORRA?
Una mujer de aspecto joven vestida de negro y con cabello y ojos violetas la miró sin mediar palabra.
Esto no puede ser una coincidencia…-dijo Freya-…Shiroi ha reunido a nuestros archienemigos, por lo que veo. No sé cómo lo ha hecho, pero los conoce a todos, por lo que veo…porque no creo que te pienses que no he visto TU CARA INSOPORTABLE.
Un chico que parecía un adolescente, de cabello verde eléctrico y ojos amarillos, le dedicó una sonrisa socarrona.
Mierda, Shiroi…-dijo Yamiyuki-…has jugado bien…pero hemos venido a dar el jaque mate.
¡ENROQUE!-chilló Shiroi.
El círculo comenzó a brillar.
¿Qué clase de magia es ésa?-preguntó Yurika tapándose la cara con las manos ante las potentes emanaciones y ondas expansivas.
Es…-dijo Freya-…¡NO! ¡Es magia prohibida entre la magia prohibida! ¡Quiere plegar el tiempo! ¡Va a mezclar las épocas! ¡Será el caos!
No voy a mezclarlas.-dijo Shiroi-Ya están parcialmente mezcladas. Llegáis tarde…
El resto de individuos del círculo que nadie reconocía colaboró con los demás, extendiendo las manos para consumar el hechizo.
No puedo creerme que algo tan valioso y por lo que luchamos tanto vaya a tener que ser descartado ahora mismo…-dijo Freya.
¿A qué te refieres?-preguntó Yamiyuki.
El cristal inhibidor.-dijo Freya-Si no lo pongo ante sus narices ahora mismo, el desorden reinará para siempre.
¡Para esta mierda, tía gigante!-exclamó Ibara-¡O mándame a una brecha atemporal donde pueda lobotomizar a esa puta por los siglos de los siglos!
Con rabia, Freya sacó el cristal por el que casi mató a Ibara mientras Yamiyuki casi mataba a Itami y lo lanzó al centro del círculo. La reacción fue inmediata: se liberó una explosión blanca y el hechizo se hizo añicos. Todo fue envuelto por una luz cegadora que parecía empujarlos con un peso material muy elevado, alejándolos entre sí cada vez más…

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