viernes, 6 de septiembre de 2013

Reseña: Xenosaga Episode III - Also sprach Zarathustra (PS2)


De izquierda a derecha podemos ver a Jin, Shion, KOS-MOS, Jr., M.O.M.O. y Ziggy, una fracción importante del plantel de protagonistas de la trilogía que hoy finalizamos.

Tanto dentro como fuera de Japón, "Xenosaga Episode III: Also sprach Zarathustra" aterrizó en las estanterías de los comercios en el año 2006. Nos encontramos ante el "broche de oro", el cierre de la trilogía. Antes de reseñar, he de decir que la saga, en sus orígenes, iba a tener seis episodios (exacto, el doble), pero tuvo que ser finalizada de manera prematura con este tercer episodio. Una auténtica lástima, pues, con lo que ha sido este episodio en comparación con sus predecesores, la serie completa con seis títulos podría haber sido mítica. Hecho este pequeño (¿ínfimo?) preludio, procedo a exponer lo que ha sido este juego, tanto a mis ojos como de manera objetiva.


El marco

Han pasado seis meses desde los sucesos del segundo episodio. El descontento de unas fuerzas políticas, científicas y militares con respecto a otras está aumentando cada vez más, los conflictos se están disparando, la desesperación aplasta con su peso a la estrategia y el descontrol se expande de manera inexorable. Continúa profundizándose en los misterios de la Gnosis, se levantan tapaderas, se descubren verdades demoledoras. Todos los hechos se producen gracias a la determinación de cada uno de los grupos de interés para poner sus cartas sobre la mesa, y la de nuestros héroes no es ni menor ni menos importante: decidida a acabar con las mentiras, con la falsedad y con las amenazas, Shion abandona su puesto privilegiado en Vector y se une a Scientia, un grupo de acción cuya misión es investigar a la propia Vector y a organismos relacionados para descubrir la realidad de la guerra intergaláctica. El destino vuelve a ser caprichoso y hace que Shion se cruce de nuevo con todos sus compañeros en medio de su misión, viéndose en disposición de viajar y pelear juntos una vez más, una última vez, para llegar al fondo de todo. Es realmente difícil explicar qué sucede en esta saga sin incurrir en spoilers, pues hay tantas cosas que podría contar...

Los personajes

La selección de personajes jugables permanece prístina con respecto al título anterior: volvemos a tomar el control de Shion, Jin, Ziggy, Jr., M.O.M.O., KOS-MOS y chaos. En algunos puntos del juego son jugables los personajes secundarios Canaan (un androide que aparece en el título anterior y que tiene mucho que aportar a la historia), Miyuki Itsumi (una programadora de Vector, compañera y amiga de Shion, que aparece ya en el primer título) y Allen Ridgeley (un ingeniero de Vector que fue la mano derecha de Shion cuando ésta era la jefa en su sección, así como un personaje que aparece también desde el primer título y al que haré después una mención especial que no se ha merecido hasta ahora, en mi humilde opinión). Entre los antagonistas, seguimos viendo a los férreos e incansables Margulis y Pellegri, así como a los tremendamente pesados Richard y Hermann, dos subordinados de Pellegri a los que nunca se les ve el rostro y que aparecen ya en el segundo título dispuestos a incordiar (porque no saben hacer mucho más). Por supuesto, también se descubren las identidades de las verdaderas manos inteligentes que han movido todo cuanto ha sucedido, algunas francamente sorprendentes. Destacamos finalmente a T-elos, un androide de combate anti-Gnosis con el mismo aspecto que KOS-MOS pero una distinta coloración (su armadura es violeta oscura, su piel es morena y su pelo es blanco) que mostrará una encarnizada rivalidad con ésta y protagonizará unas escenas de pelea impresionantes. Como os decía, Allen por fin merece que diga su nombre. Es el típico personaje torpe que no destaca por nada pero que siempre sigue a los que son importantes para él, una versión futurista de Ron Weasley, si os gusta Harry Potter. Lleva toda la saga enamorado de Shion y sin atreverse a decírselo, lo cual nos lleva a pensar que es un cobarde...y lo es...hasta este título, en el que por fin se porta como un auténtico hombre. Destaco en este apartado que todos los personajes han recuperado su belleza: han vuelto a cambiar de ropa (salvo Ziggy, que permanece igual toda la saga), Shion vuelve a cambiar radicalmente en todo y ya no son feos ni desproporcionados, vuelven a tener caras bonitas, cuerpos con formas normales y, con los gráficos y la estética del juego, resultan muy bellos. Ya no tienen narices de patata, Ziggy se recupera de sus ojeras kilométricas, las ropas son bastante más bonitas y elaboradas que en el anterior título y...en fin, está todo en orden. El único cambio que no me ha gustado es el de Jin por la sencilla razón de que su peinado, su indumentaria y muchas de las referencias de sus armas y piezas de equipo son reminiscencia de China y no de Japón, como en origen era (y es, pues os recuerdo que es un guerrero samurai) el personaje.


La jugabilidad

Un auténtico caramelo de lo más dulce para la saga. Ha cambiado completamente la manera de jugar, siendo el boost lo único inalterable (es el elemento jugable definitorio de Xenosaga, en mi opinión). El sistema de batalla es muy parecido, prácticamente idéntico, al de la saga Final Fantasy y, si contamos la manera en la que los personajes aprenden habilidades, afinaría hasta Final Fantasy X, por las analogías (leves) existentes entre el tablero de esferas y las líneas de habilidades de este juego. Los combates son, como en toda la trilogía, por turnos, pero esta vez no hay que pulsar botones, sino elegir acciones entre un menú con los siguientes comandos: Atacar (utilizar el arma para un único golpe) /Técnicas (habilidades físicas, ya sean cuerpo a cuerpo o a distancia, con o sin elemento, que cada personaje aprende a su manera según el arma que use, realizadas consumiendo EP o Ether Points) /Ether (lo mismo que en los otros dos títulos, también con consumo de EP)/Ataques especiales (un total de tres habilidades que los personajes aprenden subiendo de nivel y que están enfocados a dar el golpe de gracia, se hacen consumiendo boost) /Objetos (utilizar cualquier objeto útil en posesión) /Cubrirse (pasar un turno reduciendo daños)/Cambiar (cambiar al personaje por otro que no esté en el equipo de batalla) /Huir (salir con el rabo entre las piernas). Es realmente rico este sistema de juego, pues permite que los personajes se distingan aún más entre ellos, sobre todo en el uso de técnicas: Shion vuelve a demostrarnos sus dotes con las artes marciales, Jr. aprende técnicas de disparo, chaos realiza distintos golpes de puñetazos y proyecciones de energía, Jin exhibe sus habilidades con la katana, etc.
Al ganar un combate, los personajes adquieren puntos de experiencia para subir de nivel y puntos de habilidad para gastarlos en aprender técnicas y Ether, muy parecido al tablero de esferas de Final Fantasy X. Cada personaje tiene dos líneas de habilidades, enfocadas a distintas ramas del combate. En el final de cada línea se nos obsequia con una habilidad maestra que constituye un potente apoyo para quien la ejecuta (por ejemplo, Shion tiene una con la que esquiva la totalidad de los ataques mientras dure el efecto) y, a lo largo del juego, puedes dominar una de las líneas entera y la mitad de la otra si realizas una partida normal a lo largo de la historia. Si se derrota a los jefes opcionales, se podrá acceder a mucho más. 
Las peleas con los E.S. son exageradamente destructivas: puedes equipar a tus máquinas de combate de una manera tal que los enemigos no podrán ni tocarte en muchas ocasiones, con la salvedad de los jefes, que serán igualmente muy fáciles. Ha desaparecido el sistema de copilotos y ahora cada E.S. tiene a dos personas fijas: en el E.S. Dinah encontramos a Shion y a KOS-MOS, en el E.S. Asher pelean Jr. y chaos, en el E.S. Zebulun se compenetran Ziggy y M.O.M.O. y, como añadido, aparece el E.S. Reuben, propiedad exclusiva de Jin. Por supuesto, muchos otros E.S. aparecerán en calidad de enemigos, como el E.S. Levi de Margulis o el E.S. Issachar de Pellegri.
También vuelve el sistema de break, del título anterior, pero con una premisa mucho más sencilla: tanto aliados como enemigos tienen una barra roja que se va llenando al recibir daños y, cuando se llene del todo, el miembro del combate en cuestión quedará atontado durante dos turnos, siendo incapaz de actuar y recibiendo más daño de los ataques. Se puede combinar esto con los ataques especiales antes mencionados, pues, si se le da el último golpe a un enemigo con estos ataques, se obtiene una bonificación llamada Finish Strike, muy parecida a la bonificación Exterminio (Overkill) de Final Fantasy X, aumentando nuestra experiencia, puntos de habilidad y dinero al final del combate: cualquier jugador aprenderá lo jugoso y cuasi mandatario que es hacer esto contra jefes.
Vuelve a ser un juego algo corto para el género, 34 horas en mi caso, pero mucho mejor organizado y estructurado, con una nivelación más realista (esta vez, mis personajes han llegado casi al nivel 60, en lugar de al 36 como en los dos anteriores).

Lo mejor
-La trama, por tercera vez: este título está lleno de reveses argumentales, descubrimientos de verdades demoledoras y una historia trepidante y acelerada.
-La banda sonora: ¡cómo se notan las artísticas y geniales manos de Yuki Kajiura!
-El tratamiento gráfico: hay escenas de pelea muy emocionantes y excitantes de ver. Asimismo, me gusta que, cuando los personajes lloran, se les da un enrojecimiento de ojos y de rostro muy realista: si bien la tecnología gráfica de la época no es milagrosa, se nota claramente que han estado llorando, no como en muchos otros títulos, donde no tengo claro si las lágrimas son como el dióxido de carbono sólido (el cual no moja) o la piel de los personajes es hidrófoba.
-Un sistema de juego mucho más ordenado, mejor estructurado y con un mucho mejor reparto entre escenas y horas de participación activa.
-Se ve mejor que nunca cómo es cada personaje, se les conoce de verdad y se descubre lo que son capaces de hacer en las peores situaciones. El título está cargado de valores.
-Los personajes se pueden volver a mirar sin tener el dilema de la risa o el llanto.
-No sólo en los subtítulos de los juegos, sino también a lo largo de los sucesos de toda la trilogía y, en especial, en este tercer episodio, se ha plasmado con cierta fidelidad y con cantidad de analogías lo que fue la filosofía y la obra de Nietzsche. Si habéis estudiado algo al respecto no pararéis de encontrar y notar referencias.

Lo peor
-Tuvieron que matar la saga antes de tiempo y han quedado muchas preguntas sin responder.
-¿Demasiado corto?
-Me ha gustado tanto que no sé de qué más pies cojea. (?)

Voy a decir una cosa para cerrar esta trilogía que os he presentado y comentado. Tal vez sea muy radical, tal vez me esté pasando, tal vez...pero, diría que, en general y, con toda la pena de mi corazón por la pedazo de historia que tiene, NO recomiendo esta saga...no mucho, al menos. Conocer la totalidad de la trama es precioso, pero no sé si todos querrán pasar largas horas con el mando apoyado en una pierna viendo escena tras escena y hay que tener MUCHO estómago para soportar el segundo episodio (¡menuda desgracia!). Sin duda, Xenosaga Episode III ha reconducido magníficamente la saga, pero los dos títulos anteriores tienen muchas inconsistencias, sobre todo el segundo episodio. En el primero es comprensible por ser el primero y porque Namco no es una compañía que tenga un catálogo de RPGs tan grande como el de otras compañías, pero hacerlo igual en algunas cosas y peor en otras en el segundo episodio es repetir errores a propósito.


KOS-MOS y T-elos se despiden de vosotros y cierran esta trilogía y, con ella, lo relativo a la misma en este blog. ¡Gracias por leerme y hasta la próxima!



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