jueves, 12 de septiembre de 2013

[WCII] Episodio III: Solapamiento

COALESCENCE
WORLDS COLLIDE II
Episodio III · SOLAPAMIENTO

Sin perder un segundo, el hombre, que se había presentado como Tesla hacía escasos minutos, echó a correr hacia su laboratorio. Tenía el presentimiento de que las sacudidas energéticas que había percibido significaban algo de gran envergadura. Necesitaba hacer algunos cálculos antes de decidirse por su próximo movimiento. Sacó de un bolsillo de la gabardina un multímetro inalámbrico capaz de medir distintas magnitudes al ser expuesto al aire ambiente. Los marcadores estaban mostrando valores más que anómalos. Mientras se acercaba a sus dependencias, escuchó unos pasos en la misma dirección y sentido opuesto, tal vez unos metros por delante de él. Al doblar una curva, la vio: era bastante más alta que él y vestía de negro con ropas muy arcaicas. Tenía una complexión fuerte y atlética, piel pálida, pechos muy grandes y una melena rosa lacia que le llegaba casi hasta el suelo. Sus ojos eran de color avellana.
¿Eres nueva aquí?-preguntó el tal Tesla.
Yo soy quien hace las preguntas.-respondió la recién llegada-Estoy buscando a unas personas con las que viajaba y a alguien a quien he llamado para venir a mi encuentro. ¿Cómo se sale de este lugar?
No se puede salir.-respondió el hombre-Te han debido de volcar mientras estabas inconsciente. ¿Te duele en algún punto concreto del cuerpo?
Los ovarios.-respondió la joven-Me los estás hinchando mucho. Déjate de misticismos y sinsentidos y muéstrame la salida. ¡Es imposible que no se pueda salir de un lugar! ¡Todo tiene entradas y salidas! Y, si no tiene salidas…-apretó el puño-…se inventan.
No te pongas nerviosa…-le pidió el joven hombre-…estamos encerrados, pero te acostumbrarás. Yo llevo aquí varios años…
¡Me importa una mierda tu vida!-le espetó la chica-Una persona normal pasaría de ti al ver que te niegas a cooperar, pero yo no soy del montón. Me has hecho perder dos minutos muy valiosos, así que me voy a resarcir tomándome el placer de matarte, ¿qué te parece, tiarrón?
Tu japonés es algo antiguo y tienes un acento fuerte.-observó Tesla sin inmutarse-¿Eres extranjera? Vamos, te ayudaré…
El hombre sacó el aparato con el que había liberado antes a la otra mujer. Se acercó con él en la mano a la chica, pero ésta le agarró la muñeca y se la retorció vehementemente.
¿Piensas tocarme?-preguntó la joven-¡Deja de soñar! Ningún tío ha vivido para contar que ha puesto una de sus sucias y deleznables zarpas sobre mí, y menos si huele tan mal como el lugar en el que vive…
Tesla la miró a los ojos y clavó sus ojos en los de ella, desafiante.
Estás mintiendo.-respondió-Puedo leerlo en tus ojos. He realizado verdaderos estudios exhaustivos para aseptizar mi cuerpo y mis pertenencias en este ambiente tan hostil.
No mereces el honor de que te huela directamente.-respondió la chica-¡Despídete del brazo! Oh, ¡espero que no sea el de las pajas!
Tesla dio una voltereta lateral sobre sí mismo, eliminando la torsión de su brazo y aprovechando para invertir el agarre y coger la muñeca de la chica, bajándola con algo de brusquedad, obligando a su atacante a bajar hacia el suelo para evitar una luxación.
Veo que eres una chica un poco soez…-dijo el hombre-…no es de tu incumbencia lo que haga en mi intimidad ni, en caso de hacerlo, con qué extremidad. ¿Crees que esto es forma de agradecerme lo que intento hacer por ti? ¿Desconoces la situación en la que estás?
Lo siento, no me paro a hablar con alguien a quien voy a matar hasta que no lleve al menos un minuto y medio de sangrante agonía.-respondió la chica.
Dio un tirón con su brazo y arrastró hacia el suelo al chico. Desde esta posición, se volcó de espaldas contra el suelo y estranguló a su contendiente con las piernas.
No suelo dejar que mis víctimas disfruten mientras mueran, pero es fisiológicamente imposible que no te pongas cachondo en estos segundos antes de morir de esta manera, ¿verdad?-preguntó la chica mientras apretaba las piernas y forcejeaba.
Notó un duro bloqueo que le impidió cerrar más sus piernas. Las grandes y sorprendentemente limpias para lo que era el lugar manos del chico apretaban sus muslos y le impedían moverlos. Con fuerza pero sin brusquedad, separó sus piernas hasta librarse de la estrangulación y, entonces, se levantó.
¿Faltaste a clase el día en que se explicaba que no todos los hombres pensamos como crees?-preguntó Tesla-Mi cabeza está sobre mis hombros, no entre mis piernas y, por favor, no continúes por esa vía si no quieres que me enfade…
¿Crees que te tengo miedo?-preguntó la joven mientras se levantaba de un salto-¡Estás acabado!
La chica saltó y lanzó un potente rodillazo contra el hombre, quien interpuso su antebrazo y bloqueó el golpe. En respuesta, la joven de cabello rosa lanzó una patada con la otra pierna que el corpulento hombre esquivó agachándose. Se levantó de nuevo y agarró la capa que llevaba su contrincante, tirando de ella y obligándola a descender bruscamente. Con la fuerza de sus piernas, la chica se encalló en el suelo y evitó ser arrastrada.
¿Por qué no paras?-preguntó el hombre-¡Esta pelea no es necesaria!
¿Crees que voy a fiarme de una persona que ha aparecido en mi cara en un lugar en el que hace escasos minutos yo no estaba?-preguntó indignada la chica de cabello rosa-¡Y una mierda! ¡Ya te he dicho que mejor te hago las preguntas cuando sólo tengas fuerza para largar!
Estás resultando ser una persona bastante estúpida, sin ánimo de ofender…-replicó el hombre mientras agarraba la capa.
No pienso volver a dialogar con nadie.-la chica se mantuvo en sus trece-La última vez que lo hice, acabé siendo comprada forzosamente y ARRASTRADA EN ESTA MIERDA DE SITIO. ¡TE VOY A QUITAR DE MI VISTA Y ME VOY A LARGAR DE AQUÍ ATRAVESANDO CUANTOS PUTOS MUROS SEA NECESARIO!
La chica cogió su capa y tiró también de ella, rompiendo el agarre del hombre. Acto seguido, sacó de ella un estoque y se lanzó a por él, pero, para su sorpresa, el joven esgrimió una espada de luz verde que cortó el arma en dos trozos.
¡Maldito seas!-exclamó la chica, dirigiendo un puñetazo contra él tras soltar su arma rota e inservible.
Desprevenido, Tesla recibió el ataque y se vio envuelto en una combinación de más y más puñetazos. Cuando por fin vio una abertura, agarró un brazo de la chica y la proyectó contra una pared con fuerza, tras lo cual la encajó con un placaje de hombro.
Sigo sintiendo el haber utilizado la fuerza contra ti sin motivo.-insistió el chico-Podemos tomarnos esto con calma. Sé que es horrible despertarse aquí, pero es lo único que nos queda. ¿Por qué no me dices cómo te llamas?
Porque tu nombre me importa un comino y, por ende, no tengo razón para decirte yo a ti el mío.-respondió la chica, que parecía ilesa.
¿Cómo puede tener tanta fuerza?-pensó el hombre-La he encajado en una pared…
Este tipo no es normal…-pensó la chica.
Pasaron unos segundos de incómodo silencio. Cruzaron miradas.
¡YAH!-gritó la chica.
¡HAAAAAAAAAAAH!-exclamó el hombre a la vez.
Sendos puñetazos. Ella lo golpeó a él en la cara. Él la golpeó a ella bajo el esternón. Hubo una descompensación que el joven de cabello negro no fue capaz de ver: la chica había sacado y colocado en su mano con agilidad y maestría un puño americano con estrías en la superficie, lacerando su rostro levemente. Un ardiente escozor se apoderó de la zona.
Je…-rió la chica.
Se desencajó de la pared, saltó hacia el chico y lo pateó hasta tirarlo al suelo. Se acercó a él para darle el golpe de gracia pero fue sorprendida por una de sus largas, robustas y notablemente flexibles piernas, siendo catapultada hacia el suelo a varios metros de él. Aprovechando la caída, el joven gateó rápidamente hacia su agresora y la agarró del cuello con una férrea técnica de estrangulación.
He de reconocer que eres muy ducha con las artes marciales…-dijo el hombre-…pero no puedo permitir más desorden del que este lugar ya de por sí significa.
Voy…-gimoteó la chica-…a matarte…antes…de que lo hagas tú conmigo…
Nadie ha dicho que te quiera muerta.-respondió el hombre dando un tirón.
La mujer sintió que le fallaban las fuerzas. Perdió el conocimiento entre los enormes brazos de aquel tipo.
Cargó con su cuerpo y se la llevó al laboratorio. La ropa de aquella mujer era tosca, pero permitía leer a través del tacto la forma y la textura de sus músculos. Era muy fuerte físicamente, y sorprendentemente ligera para su masa muscular, su estatura y su complexión. Al llegar al laboratorio, intentó hacer todas las lecturas que pudo. Su rudimentario equipo, del cual no sabía ni cómo funcionaba a pesar de su antigüedad, se comportaba de manera extraña.
Desbordamientos, colapsos, saturaciones…-dijo-…esto se va al traste. Tenía pensado hacerlo cuando llegase el momento, pero, si no lo hago ahora, podría morir junto con todas las personas que están dentro… ¡activando mapa!
Pulsó unas cuantas teclas de su ordenador gigantesco. Se mostró un mapa tridimensional del lugar donde vivía, marcando en rojo la única vía de comunicación con el mundo exterior. Un mensaje en pantalla indicaba que se estaba retransmitiendo a todos los dispositivos de imagen que había en aquel alcantarillado.
Quiero volar hasta donde las mariposas me lleven…-dijo, preocupado, el hombre.
Abrió un cajón y sacó un maletín reforzado. Dentro de él había un mando bastante rudimentario con un único botón, el cual no dudó en pulsar. Se escuchó un estallido que hizo retumbar todo el lugar. Rompió un trozo de pared de un puñetazo y sacó de él un micrófono de mano que estaba conectado de manera legalmente dudosa a un sistema en un principio muy bien oculto de audio.
¡SOIS LIBRES!-gritó-¡HERMANOS, ES HORA DE CONQUISTAR EL AIRE REAL! ¡DIRIGÍOS AL PUNTO MARCADO EN ROJO ANTES DE QUE LOS MONSTRUOS INVADAN ESTE LUGAR!
Agarrando firmemente el cuerpo inconsciente de la chica, salió corriendo tras coger todo lo que le pareció pertinente.
Eres una de las pocas personas que me ha hecho enfadar en mucho tiempo, ¿sabes?-le dijo a la chica inconsciente mientras se la llevaba corriendo-No me gusta que me hablen de mujeres, y menos cuando tu sonrisa se parece tanto, por muy sarcástica o intencionalmente hiriente que fuera…
Se encontró por el camino a cientos de personas desaliñadas y en condiciones insalubres. Todos corrían con lágrimas en los ojos y un rayo de esperanza en sus caras.
¡Gracias!-lo escuchaban gritar.
Se adelantó a todos y agarró una de las barras de la enorme y anticuada escalera de mano metálica.
El pago que quiero que me deis…-dijo-…¡es vuestra supervivencia! ¡SUBID AHÍ ARRIBA Y VIVID! ¡VIVID LA VIDA CON LA QUE SIEMPRE HABÉIS SOÑADO! ¡SED LIBRES! ¡SED LOS HOMBRES Y MUJERES QUE SIEMPRE FUISTEIS Y NO LOS SUMIDEROS DE BASURA EN LOS QUE NOS HAN ESTADO CONVIRTIENDO POR LA FUERZA! ¡LA SUPERFICIE NOS ESPERA! ¡ESTO ES LA GUERRA!
Cuando por fin subió, se encontró lo que no se esperaba. Nada parecía igual. ¿Qué había pasado con Japón? Estaba…estaba a trozos. Entre los edificios que estaba acostumbrado a ver había grandes cantidades de construcciones arcaicas, tramos de campo, tramos a cielo abierto y tramos cubiertos…y una encarnizada pelea entre máquinas y humanos ahí afuera. Comenzó a llover y a tronar. La lluvia arrastró la suciedad de las ropas y las pieles de los atormentados habitantes de las alcantarillas. Lloraron.
¡Que no os maten!-exclamó Tesla-¡Tengo algo de lo que ocuparme!
Echó a correr con la chica a cuestas, esperando no haber olvidado el camino o que éste no hubiera sido modificado. Varias y amenazadoras máquinas de tamaño gigantesco le salieron al paso, dirigidas principalmente a los insurrectos que habían escapado. Antes de poder ponerse en guardia, vio cómo varios aviones no tripulados llovían sobre los autómatas, haciéndolos pedazos. Miró al cielo y vio un avión muy grande, probablemente de carga, con un punto negro encima. Pese a que usaba gafas porque su vista estaba algo deteriorada, podía distinguir ese punto. No era tan grande como para ser un arma ni nada similar, pero no podría verlo si fuera una persona o un objeto de tamaño comparable, pues sería ínfimo a la vista desde aquella altura en ese caso. ¿Cuán enorme tendría que ser aquella persona para poder verse desde aquella altura? Pronto el avión comenzó a descender y a abrir unas compuertas de descarga. Conforme descendía podía ver disparos y escuchar gritos. Los disparos iban dirigidos a las máquinas de asalto que amenazaban a las personas con las que había vivido, mientras que los gritos…
¡Tu cañón de modificación de fases funciona a las mil maravillas!-oyó gritar a quien parecía ser una mujer por la voz-Por ello, por favor, ¡no me dejes tirada ahora! ¡Metallurgy! ¡METALLURGY! ¿Estás ahí? ¡CONTESTA, POR FAVOR! ¡MIERDA!
La voz era perfectamente audible. Tenía atado al cuello uno de los novedosos megáfonos reducibles mientras que sujetaba con la mano, pegado a su oído, un comunicador de aspecto antiguo. Ya podía ver con todo lujo de detalles lo que pasaba, pues el avión estaba casi a ras de suelo.
¡Ciudadanos!-exclamó la mujer-¡Acabo de llegar, pero aprendo rápido! ¡SE ACABÓ LA PUTA ESCLAVITUD! ¡MUERTE A LOS OPRESORES!
Comenzó a acribillar a las máquinas y vehículos aéreos que se aproximaban. Terminó de abrir las compuertas de descarga con un mando, volcando sobre el suelo cajas llenas de comida, medicamentos, armas, ropa y demás bienes.
¡Me han comentado que era del ejército!-exclamó la aparente mesías-¡Ni el ejército merece perdón ante la injusticia! ¡Tomad todo cuanto queráis y defendeos hasta alcanzar vuestra vida! ¡FELIZ VUELTA A LA SUPERFICIE!
¿Quién demonios es esa mujer?-se preguntó Tesla mientras observaba la escena.
Miró en la cabina del avión. Los pilotos habían sido asesinados y parecía que les habían arrancado la cabeza de cuajo. La mujer, que seguía de pie encima del vehículo, al parecer controlado mediante mandos remotos por ella misma, se giró a las tropas mecanizadas del ejército.
¡Primero se suprimen las injusticias y, luego, si queda alguien racional, se comenta!-exclamó-¡Aunque, permitidme dudar que alguien que se dedica a tirar a gente a las alcantarillas por cuestiones ideológicas pueda ser racional! ¡TRAGAOS ESTO!
La chica disparó a los aviones, soldados, robots y demás elementos de combate que fueron apareciendo. Cuando su arma se quedó sin munición, saltó del avión y le dio una fuerte patada, estampándolo contra el grueso de la avanzadilla y diezmándolo de manera crítica. Cayó de pie frente a él. Pudo observarla. Si la chica que lo había asaltado antes era grande, la que ahora había caído a su lado era más que gigante. Tenía una melena tupida y voluminosa de color azul oscuro, como sus ojos. Vestía de negro con ropas muy sensuales de hacía siglos y poseía un cuerpo escultural, musculado y lleno de curvas, coronado por los pechos más enormes que había visto y probablemente vería en lo que le quedaba de vida. Lo miró de pies a cabeza, mostrando cierto interés, pero donde clavó sus ojos fue en la chica.
Disculpa…-dijo-… ¿podemos hablar? Mi compañera no responde en el comunicador, y es la única cuyo aparato todavía funciona…todos los demás están fuera de línea. He visto cómo salías de ahí abajo el primero. Los has liberado, ¿verdad?
Sí…-dijo Tesla sin creerse nada de lo que estaba pasando-…aunque tú has protagonizado la auténtica liberación… ¿quién eres?
Mi nombre es Freya.-se presentó la joven con un tono muy educado-No sé qué te habrá hecho estando consciente y espero que no me juzgues ni me culpes por ello, pero esa z…mujer con la que cargas es una de mis camaradas…

2 comentarios:

  1. Interesanteeeeeeeeeee me gusta, esto pinta cada vez mejor, me encanta la serenidad de Freya :DD

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    1. ¡Me alegro mucho de que te guste! Ay, Freya...esto se explicará mejor en el siguiente episodio XDDDD Me encantó redactar esa escena, fue una maravilla para la imaginación XDDDDD

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