martes, 14 de abril de 2015

[TY] Episodio 46: Valentía

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 46: Valentía

Philell le había plantado cara a Kazark. Un demonio de constitución frágil se había decidido a enfrentarse contra un fornido ogro de más del doble de su estatura.

Ah, ¿sí?-preguntó Kazark con sorna-¿Estás dispuesto a luchar contra mí?

Lo repetiré siempre.-dijo Philell-No soy fuerte, no soy poderoso, no soy un combatiente: soy un estratega, un pensador. No obstante, aunque sea débil, no soy cobarde: si es por defender a quien más amo en este mundo, lucharé…por supuesto que lucharé, incluso si me cuesta la vida.

¡Philell!-exclamó Uro-¡No lo hagas! ¡Es demasiado fuerte! ¡Fue quien me derrotó! ¡Sálvate mientras puedas! ¡Que los Taimanin te asilen!

No, Uro.-dijo Philell-Combatiré. Eres todo un caballero dentro de los Mazoku, y, como tu novio, he de estar a tu altura. Incluso si este ogro me da una paliza…me esforzaré hasta mi último hálito de vida para culminar mi plan de salvarte. ¿Cuál  es tu nombre, enemigo?

Soy Kazark…-dijo el ogro-…tu asesino.

Eso todavía no está decidido, Kazark.-dijo el demonio acuático-Mi nombre es Philell, soy el novio de Uro Oswald y he venido a llevármelo de vuelta. Si no vas a tener la amabilidad de cederme el paso, tendré que buscar una ruta alternativa…

No sabes lo que estás diciendo…-dijo Kazark crujiéndose los nudillos.

. . .

Nioiko volvía a estar en su habitación. Rápidamente, se quitaba la armadura pieza a pieza.

Si mi red de información no ha fallado…-el joven hablaba en voz alta mientras se desnudaba-…los Mazoku y los soldados de Estados Unidos se han quedado juntos contra el resto de mis hombres y han hecho un pacto, contando probablemente como una única facción en esta guerra. No sé si serán ellos los que me encontraré, pero tengo que prepararme para lo peor…

Desnudo, Nioiko colocó su armadura en su sitio y echó un vistazo a las perchas. Agarró la que tenía colgado su uniforme de mayordomo. Los botines de tacón yacían en el suelo junto a un par de calcetines extendidos encima de las mismas, invitándolo a vestirse.

. . .

¡RAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!-gritó Kazark.

Corrió hacia Philell, descargando un vigoroso puñetazo. El demonio estratega demostró una agilidad bastante notable…o tal vez simplemente inteligencia para aprovechar todo lo que tenía. Aprovechó que era líquido y resbaladizo para licuar sus piernas y convertirse en un charco móvil que pudo esquivar rápidamente el puñetazo gracias a la ausencia de fricción con el suelo. Tras esto, volvió a erigirse con normalidad.

¿Te crees muy listo?-preguntó el ogro apuntando a Philell con su puño de manera amenazadora.

No me creo listo, soy inteligente.-respondió el demonio acuático con calma.

Me gustan los individuos inteligentes…-dijo Kazark-…yo me considero inteligente también. La pena es que la inteligencia no podrá salvarte de esta batalla…con los Taimanin entretenidos con las máquinas que les he mandado y tu queridísimo atrapado en mi cárcel vítrea especial, tienes pocas posibilidades de salir vivo de este combate.

¿Cómo puedes hacer una inferencia tan ácida?-preguntó Philell-Ni siquiera he hecho un movimiento… ¡no puedes evaluarme!

Intuición.-respondió el ogro-Y ahora… ¡A CALLARTE ESA BOCA PARA SIEMPRE!

Kazark se acopló un disparador a una muñeca y comenzó a lanzar esferas cargadas de electricidad con él.

Mi más reciente invento, el cañón portátil de materia cargada, aprovechará la conductividad de su cuerpo acuoso para darle un funeral explosivo…-pensó el ogro sonriéndose.

Algo me hace ver que no puedes intuirlo todo sobre mí…Kazark.-Philell miraba pensativo los proyectiles.

Convirtió su tronco inferior en una cortina de agua con la que comenzó a deslizarse por el suelo como si fuera un caracol. La rapidez con la que patinaba en aquel suelo le permitió eludir aquellas bolas electrizadas, pero éstas comenzaron a perseguirle.

Je…-rió Kazark.

¡No!-pensó Philell-¡Me persiguen de una manera tal que hacen que…que me acerque a él!

Philell estaba a punto de chocar con Kazark.

¡HWOAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-el ogro profirió un grito de guerra.

Embistió al demonio acuático con un puñetazo, lo levantó del suelo y disparó a quemarropa con su cañón de mano. El choque eléctrico hizo vibrar el cuerpo entero de Philell.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGH!-chilló el demonio.

¡Philell!-exclamó Uro desde su prisión-¡PHILELL!

Aún no estoy…-boqueó Philell-…muerto…

El cuerpo del malogrado demonio comenzó a gelificarse. La hendidura que le había abierto su enemigo en el pecho no se cerró sobre sí, sino sobre el brazo incrustado del ogro, formando unas hélices de gel que constriñeron su brazo como si fueran serpientes.

¿Crees que me asustas?-preguntó Kazark-¡Agarras muy débilmente!

El ogro sacudió su brazo, zarandeando a su contendiente.

No es fuerza lo que quiero imprimir…-dijo Philell resistiendo el mareo que las sacudidas le generaban-…sino otras cosas…

Kazark notó que le empezaba a picar el brazo.

¿Qué demonios estás…-preguntó, pero se calló al ver su extremidad.

El brazo del ogro estaba enrojeciendo con fuerza. Le picaba a rabiar. Una virulenta urticaria se extendió por la enorme y musculosa extremidad, eliminando la fuerza en ella.

Lo he infectado…-pensó Philell-…gracias a mi cuerpo parcial de medusa, puedo hacer estas cosas. Cuando estudiaba, me asignaron una maestra de combate. Fue la única asignatura en la que no conseguía grandes esfuerzos…no obstante, hoy puedo decir que he aprendido. Jelly, demonio medusa, gracias.

Tras un intenso forcejeo, Kazark se encontró a sí mismo siendo incapaz de seguir reteniendo a su enemigo. Éste se arrancó de los hilos de gel que los unían y cayó en forma de charco. Tras reintegrarse, absorbió el gel que quedaba en el brazo de su enemigo. Entero de nuevo, el estratega decidió aprovechar el tiempo que aquella infección le había dado.  Apuntó al ogro con la mano derecha.

¿Qué planeas hacer?-preguntó Kazark con rabia-Me has estropeado un brazo, pero me quedan el otro y las dos piernas. ¿Crees que voy a dejarte que hagas lo que tengas pensado?

La mano de Philell se hinchó con violencia. También lo hicieron su muñeca y parte de su antebrazo, formando una especie de burbuja o globo de agua. El ogro se preparó para embestirlo, pero, en medio de su carrera, el inteligente demonio acuático disparó. Una masa de agua a presión bastante grande y a una velocidad inesperadamente alta impactó contra el pecho del ingeniero, frenando su avance y haciendo que cayera hacia atrás.

Lo estoy consiguiendo…-pensó Philell-…puedo con él… ¡puedo con él!

¡No cantes victoria!-bramó el ogro tras levantarse de golpe-¡Aún no me has hecho nada de daño!

Con el brazo que le quedaba sano, Kazark sacó un arma parecida a una escopeta recortada de un bolsillo de su faldón de combate. Con ella, disparó varias veces seguidas, disgregando el cuerpo de Philell como si fuera un spray.

¡NOOOOOOOOOOOO!-gritó Uro-¡Philell, por favor, reintégrate y sal de aquí! ¡Te regalo mi vida! ¡Te doy lo que sea con tal de que te salves! ¡No puedes hacer esto, mi amado, NO!

Que te crees tú que voy a permitir que las cosas acaben así.-dijo el ogro.

Había cambiado la escopeta por un cañón de aire comprimido. Comenzó a ventilar hacia el suelo, empujando los restos de líquido contra una de las caras de la pirámide. Esto le sentó al malogrado Philell como si un vehículo lo atropellara y lo incrustara contra un edificio. Tras el ataque, quedó de nuevo reintegrado, pero extenuado y pegado a la cara de la pirámide.

Agh…-gimió el demonio.

Parece que…-pensó-…no soy…lo suficientemente…fuerte. Lo siento,…Uro…mis cálculos han fallado.

Ahora, medusa insolente, quiero que veas cómo me cargo a tu novio.-dijo el ogro sacando un mando a distancia-¡Cárcel vítrea! ¡ACTIVACIÓN!

¡NO!-chilló Philell-¡DE NINGUNA MANERA!

Sin apenas fuerzas, Philell convirtió sus manos en tentáculos y ató los brazos del ogro para evitar que pulsara el botón rojo del mando.

¿Crees que puedes superarme en fuerza?-se burló el demonio ingeniero-¿Tú? ¡No me hagas reír!

Justo cuando Kazark iba a romper los tentáculos de Philell, éste dejó salir más de esos apéndices de su cuerpo, atándolo por más sitios.

No, claro que no.-dijo el demonio, consciente de que estaba al borde de la muerte-No obstante, las leyes de la Física son las que son. Si mi fuerza es pequeña pero es múltiple y el sumatorio de las fuerzas es igual en módulo y dirección al tuyo pero opuesto en sentido…podré pararte.

Philell tenía muy poca defensa física. Apenas había recibido tres impactos y ya estaba en una condición crítica. No obstante, estaba quemando las fuerzas que le quedaban para producir más tentáculos y parar al fortísimo ogro. Su dedo pulgar estaba especialmente atado, no pudiendo apretar el botón que quería.

¡Maldito seas, Philell!-exclamó Kazark.

Me ha llamado por mi nombre…-pensó el estratega-... ¿está empezando a reconocerme? Una lástima que sea tarde para mí…

¡Philell!-exclamó Uro-¡Está pasando algo! ¡Esa luz verde de ahí encima! ¿Qué es?

El demonio acuático lo entendió rápidamente. El dedo de Kazark ya tocaba el interruptor. Una pulsación débil estaba haciendo que el rayo de luz verde que tenía que atravesar la cúspide de la pirámide para destrozar a Uro comenzase a aflorar débilmente. De esta forma, la energía no penetró en la celda, sino que regó sus paredes triangulares.

Creo que con esto podré salir de aquí…-pensó Uro-…si ese rayo debilita las paredes y me permite romperlas y saltar antes de que se convierta en un verdadero rayo destructor…

Sé lo que estás pensando.-dijo Philell-Ya que estoy malherido, haré mi última función: serviré de manto electrostático para reconducir el rayo y que no pueda dañarte.

¡No!-exclamó Uro-¡Te matará!

¡He venido a salvarte!-exclamó Philell-¡Y eso haré!

Sin escuchar a su novio, el estratega soltó el dedo de Kazark levemente, aumentando de manera automática la intensidad del rayo.

¡ARGH!-bramó Philell mientras la corriente lo atravesaba.

La pirámide comenzó a vibrar por inestabilidad.

¡Es el momento!-exclamó Uro-¡KIAI!

Con un fuerte puñetazo, el demonio preso rompió la jaula e hizo que la electricidad se esparciese por el ambiente, liberando a Philell y dejándolo hecho un charco entre los restos de vidrio.

¡Philell!-exclamó Uro-¡AAAAAARGH!

Como Philell se había deshecho, los tentáculos que reprimían a Kazark ya no existían, lo que le permitió a este último placar fuertemente a Uro.

¡Te mataré por lo que me hiciste en la cueva!-exclamó Uro-¡Aunque hayáis confiscado mi espada, sigo siendo un orgulloso guerrero Oswald! ¡Teme, Kazark!

Philell luchó por rehacerse. Mientras tanto, Uro comenzó a forcejear con Kazark. Tras un violento intercambio de golpes, el ogro cayó de rodillas. El brazo que tenía infectado se le estaba empezando a destruir: sangraba y le dolía mucho.

¡Acabaré contigo, desgraciado!-bramó Uro con tono amenazador.

Aprovechó que Kazark estaba arrodillado para patearle la cara, el cuello, los hombros y el pecho con mucha rapidez. Apoyado con una pierna en el suelo, con la otra pierna soltaba una velocísima sarta de patadas que acribillaba y arrollaba al ogro. Pronto, la pierna con la que golpeaba se empezó a cargar de un aura de viento de color verde jade. El viento salía disparado como agujas y aumentaba el alcance de sus patadas, permitiéndole empujar paulatinamente a Kazark lejos de él. Paralelamente, la pierna que tenía apoyada brillaba con cada vez más intensidad en el mismo color verde jade.

¡YAH, YAH, YAH, YAH, YAH, YAH, YAH, YAH, YAH!-gritaba Uro con cada patada.

Kazark no podía defenderse de aquel ataque devastador. De pronto, Uro se detuvo y cambió de pierna.

¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó, henchido de ira, lanzando una patada aérea con la pierna cargada.

Liberó un enorme rayo de viento explosivo que oprimió el pecho del ogro y desgarró su piel dolorosamente. Le había roto completamente uno de los hombros, quedando su brazo colgando como si fuera materia muerta. El ogro sólo podía chillar de dolor y rabia. Con un brazo infectado y el otro inutilizado, poco podría hacer.

Y ahora…-dijo Uro-… ¡espada mía, VEN!

Extendió la mano. Philell, que había conseguido ponerse en pie de nuevo, le sonrió. Tras devolverle la sonrisa, Uro vio que su espada había llegado volando desde los confines de aquel cuartel. La agarró y se preparó para decapitar al ogro.

. . .

Layla, Kuritöö y los soldados se enfrentaban a Elizabeth y a los Fuuma.

Ahora que somos aliados, os protegeremos con uñas y dientes.-dijo Kuritöö-Bienvenidos a los Neo-Nómadas.

Por favor, esto es temporal.-dijo Layla-De momento, centrémonos en acabar con estas molestias y luego ya hablaremos…

Algo pasó con mucha rapidez. Unos rayos azules hicieron que Elizabeth desapareciera.

¿Qué demonios ha pasado?-preguntó Layla.

No tenemos tiempo para investigarlo.-dijo Kuritöö-Marchaos…necesito que volváis preparados. Coged vuestros equipos y máquinas y trasladaos aquí. Os daremos asilo y cooperaremos.

¿Qué hay de la teniente Johnson?-preguntó Gordon.

Soy su superior.-dijo Layla-Acatará mi decisión.

¡No rechacéis mi oferta!-Kuritöö se tornó insistente-¡Si os vais ahora, os cubro para que no os incordien! ¡Yo sola me encargaré del resto!

¡Doctora Kuritöö!-exclamó una voz al otro lado del pasillo.

Una avanzadilla de mercenarios Mazoku se acercaba al lugar.

Hemos escuchado el incidente de los orcos y hemos venido a velar por su seguridad.-dijo uno de los mercenarios-¡Mataremos a estos hombres!

La científica miró a los soldados.

Ya los habéis oído.-dijo-Largaos y volved con lo que necesitéis. Os doy una semana. Tardar más se considerará romper nuestro pacto…

Una soldado nunca falla a su palabra…-dijo Layla-…ni a una amiga.

Layla le hizo un saludo militar a Kuritöö. La científica se lo devolvió y, acto seguido, les instó con la mano a que se fueran, señalándoles la salida más próxima. Púrpura se adelantó, demostrando que era especialmente rápido corriendo.

¡Veo la calle en aquellas ventanas!-señaló-¡Larguémonos!

Tras varios minutos de carrera, los militares por fin encontraron una puerta que daba a la calle. La conversación con Margaret Johnson iba a ser muy densa…

. . .

Uro iba a ajusticiar a Kazark, pero tres espadas pararon la suya: tres mercenarios habían aparecido delante de él. Comenzaron a asaltarlo, pero Uro era un espadachín y artista marcial muy habilidoso, por lo que no tardó en alejarlos. Philell se unió al combate, envalentonado y emocionado por aquello, y sacudió su cabeza, golpeando a los tres mercenarios con los tentáculos que colgaban de ella.

De verdad que odio luchar…-dijo al ver que los mercenarios no habían sufrido mucho daño-…y se me da fatal…

¡No importa!-dijo una voz detrás de él-¡Hoy no he venido a por ti! Kazark, joder, ¿cómo se te ocurre venir sin escolta en medio de un ataque Taimanin?

Aquella voz captó la atención de todos los presentes. Los Taimanin comenzaron a ignorar a las máquinas y se acercaron al centro de aquella enorme sala que los había hecho perder el hilo de los actos de Philell. Como se imaginaban, era un viejo conocido: Benibatsu.

¡Benibatsu!-exclamó Yamiyuki-¿A qué has venido?

A por el crío.-dijo el traidor con tranquilidad-Dadme a Inuhito, tengo cosas que hablar con él.

Detrás del recién llegado había una enorme tropa de mercenarios. Kazark, que había perdido el combate, había terminado por perder el conocimiento.

¡No irá contigo a ninguna parte!-terció Rito.

¡Estás loco si crees que te vamos a dejar que toques a NUESTRO hermano, que no es nada tuyo!-se sumó Shirubei.

¡Ya los has oído!-añadió Hagane-¡Y a mí también! ¡Piérdete, escoria!

Hazme un favor…-dijo Aoi algo hastiado-…y déjame a Kazark. Estaba deleitándome hasta que has llegado…

Inuhito no sabía qué decir. Tenía una mente muy fuerte, pero su hermano mayor era capaz de dejársela en blanco.

Tranquilo, Inuhito.-dijo Yamiyuki acercándose a su amigo-No dejaremos que esto salga mal.

Bueno…-Benibatsu se encogió de hombros.

Los mercenarios rodearon a Philell y a Uro. Con unos hechizos debilitadores lanzados en masa, no les fue difícil encadenarlos y llevárselos.

Al calabozo.-pidió Benibatsu-Llevaos también a Kazark a la sala de tratamiento y dejadme solo contra los Taimanin.

Un pequeño haz de luz azul se encendió detrás de los seis chicos. Por la posición en la que estaban, sólo Benibatsu, que los enfrentaba, lo vio. No le dio importancia. Los mercenarios obedecieron y se llevaron a Uro y a Philell, que apenas podían protestar. También cargaron al enorme Kazark para que fuera tratado. De esta forma, Benibatsu se quedó solo ante los Taimanin.

Como en los viejos tiempos…-se sonrió.

En guardia, hermanos.-dijo Yamiyuki empuñando su nodachi-Vamos a darle una paliza a este maleante.

Hoy no he venido a pelear…-dijo Benibatsu-…órdenes de arriba, lo siento. Ninpô – Kinniku no Jutsu! Ashi!
(¡Arte ninja de los músculos! ¡Piernas!)

Benibatsu forjó unas enormes piernas con forma de ancas musculosas y saltó con gran potencia hacia Inuhito. Éste trató de defenderse con su aro, pero la doble guadaña de su traidor hermano mayor superaba su fuerza. Este traidor no tardó en asestar un rodillazo brutal en el estómago de su hermano pequeño, dejándolo indefenso. Aprovechando el momento, le hizo una fugaz llave adormecedora, quitándole el conocimiento. Aquel fugaz y brevísimo encuentro dejaba ver las intenciones de Benibatsu: alguna fuerza mayor le había exigido ser rápido. De otra manera, habría plantado batalla. A nadie le extrañó una posible amenaza de muerte por parte de Tigres Black o incluso algo peor. No obstante, no tenían tiempo para pensarlo: los cinco chicos estuvieron de acuerdo y se sincronizaron cuando pensaron que el peligro que corría su amigo era más importante que cualquier otro asunto.

Sin vuestro permiso…-dijo Benibatsu-… ¡me lo llevo!

Saltó de nuevo hacia la puerta por la que había llegado. Entre insultos y amenazas, los otros cinco chicos lo intentaron perseguir, pero una nube de rayos azules apareció ante ellos. Con una mano en el pecho y la otra firmemente bajada, Nioiko apareció ante ellos, frenándolos en seco.

¡Tú!-exclamó Yamiyuki.

Nunca antes había visto a este tipo…-comentó Hagane-…pero se parece a esa presa política que tenemos… ¿Tokiko Fuuma?

Sí, ¿verdad?-comentó Shirubei-Tienen pinta de ser familia…

Así es.-dijo Yamiyuki-Es Nioiko Fuuma, el hermano menor de Tokiko…y el tipo que casi nos mata en el Moist Desire.

Los Taimanin hicieron memoria. Todas las piezas comenzaban a encajar lenta pero inexorablemente.

Hechas las introducciones…-dijo Nioiko-…sobran las palabras. He venido a por vosotros personalmente. Mis hombres han fallado demasiadas veces y no puedo proseguir con los planes de los Fuuma si no os elimino del tablón de juego.

Mientras hablaban, vieron que la puerta por la que había salido Benibatsu había sido sellada por una enorme compuerta metálica que había caído pesada e inamoviblemente.

Ya habéis visto lo que ha pasado.-dijo Rito-Cuanto antes nos quitemos a este tipo de encima, antes podremos rescatar a Inuhito.

Entonces…-dijo Aoi-… ¡peleemos!

No será fácil.-dijo Nioiko aún con la mano en el pecho.

Desde el otro lado de la sala saltó una figura que les resultó familiar. La mujer con tentáculos artificiales que los había golpeado antes estaba allí.

Ya decía yo que había visto una luz azul reflejada en los ojos de ese traidor…-comentó Shirubei.

Elizabeth se posó servicialmente detrás de Nioiko con una guardia defensiva.

ETU Elizabeth, sé mi apoyo, es una orden.-pidió Nioiko.

Recibido.-respondió secamente la robot.

Los Taimanin se pusieron en guardia, preparados para un nuevo combate en aquella encarnizada racha de peleas sin descanso y llenas de conflictos de intereses y razones.

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