martes, 9 de febrero de 2016

[TY] Episodio 77: Choque de puños y acero

TAIMANIN YAMIYUKI
Episodio 77: Choque de puños y acero

Grant aún tenía la cabeza dolorida por el fortísimo golpe que Rito le había dado contra la pared.

Me acabas de llamar incompleto porque he pasado por una cirugía de extirpación.-recapituló el soldado-¿Cómo vas a llamarte a ti mismo una vez cuentes todas las partes que te van a faltar cuando acabe contigo?

Rito Sonozaki, como llevo llamándome dieciocho hermosos años.-respondió el Taimanin cruzándose sonriente de brazos.

O lo que quede de ti, mejor dicho.-lo corrigió Grant mientras se ajustaba las gafas con una mano-Y ya te anuncio que será poco.

No adelantemos acontecimientos.-repuso Rito-Aún no hemos empezado a darnos de golpes.

Eso tiene fácil arreglo.-respondió el militar con una sonrisa arrogante mientras apuntaba a su enemigo asiendo su bastón como si fuera un estoque.

Esa cosa hace mucho daño.-recordó el Taimanin-Al no haberlo tenido nunca en mis manos, no sé qué tecnología puede tener, pero, si nuestras teorías son ciertas, quedamos en que excitaba los nervios produciendo dolor intenso que no podría justificarse con la mera fuerza del impacto del bastón. Tendré que andarme con cuidado y no dejar que esa cosa me toque. Por suerte, mi arma personal permite mantener las distancias mucho mejor que la suya por su longitud.

Rito asió su doble maza y se puso en guardia.

¡Arreglémoslo entonces!-invitó a su adversario a atacarle.

Punishing Strike!-bramó Grant.
(¡Golpe castigador!)

Rito paró el golpe de Grant con un movimiento de su doble maza. Tal cual había previsto, su fuerza no era la clave: al interceptar el bastón de su enemigo con un arma, un objeto insensible al dolor, el forcejeo quedaba reducido a una competición por ver quién de los dos era más fuerte a nivel muscular, y estaba claro que el soldado no era rival para el Taimanin en aquel aspecto.

Has parado el primer golpe, pero, ¿y los demás?-advirtió el soldado.

Deslizó su bastón sobre la superficie de contacto con la maza de Rito y trató de golpearle con la punta en el pecho, pero el otro chico no estaba dispuesto a dejar que aquello sucediese, por lo que giró la maza sobre sus manos y desvió el bastón, alejándolo de su cuerpo. Acto seguido, lanzó un golpe circular a media altura que acertó fuertemente a Grant en la cadera.

Los demás irán todos para ti.-Rito se sonrió.

Tras golpear a Grant, Rito apartó la maza de delante de él y lanzó una patada giratoria con suma elegancia. Aquel movimiento de gran belleza parecía imposible para un cuerpo tan ancho y robusto como el del chico de pelo verde, pero, aun así, lo hizo, golpeando a Grant en el plexo solar y acorralándolo contra una pared.

Parece que quiere hacerme creer que fuera de su mala leche y su bastón maldito es una mosquita muerta, pero no voy a confiarme.-pensó Rito-Esto está resultando demasiado fácil y estoy seguro de que es una de sus estrategias. En cualquier caso, he de aprovechar ahora para reducirlo.

¡YAAAAAAAAAAAAAAAAH!-gritó el Taimanin.

Lanzó una patada frontal, empujando con la planta del pie al soldado contra el muro, golpeándolo fuertemente. Acto seguido, se preparó para golpearle en la cabeza con su arma con un movimiento vertical, pero el militar se recuperó antes de lo que había estimado y le golpeó con el bastón en las costillas.

¡Mierda!-maldijo Rito para sus adentros mientras se llevaba una mano a la zona donde había sido golpeado.

Tratando de ignorar el dolor, el Taimanin se dio cuenta de que Grant preparaba otro golpe con su peligroso bastón. Con un vigoroso movimiento, lo desvió de un mazazo.

¿Te duele?-preguntó Grant con sorna.

¿A ti qué te parece?-respondió Rito en tono burlesco.

Esto no ha hecho más que empezar.-amenazó el soldado.

Me decepcionarías si no fuera así.-le reprochó el Taimanin arqueando una ceja.

Grant continuó esgrimiendo su bastón, pero no estaba lo suficientemente cerca de Rito como para burlar la defensa que su ponía su maza de gran longitud y masa, por lo que todos los golpes fueron bloqueados.

¿Por qué no te dedicas a otra cosa?-preguntó Rito-No vas a poder acertarme ni por asomo.

No me subestimes.-respondió Grant taimadamente-Voy a darte una lección esta noche.

Con tanta violencia como elegancia, el soldado lanzó una patada giratoria inversa alta contra la maza de Rito, impulsándose para encaramarse a ella, saltar por encima y caer sobre su dueño con un bastonazo. El golpe, que le acertó entre los hombros, fue tan doloroso para el chico que hizo que cayera al suelo.

Ya lo tengo donde quería.-pensó Grant con satisfacción-Ha perdido el combate.

Te voy a hacer una última pregunta antes de acabar contigo.-dijo el soldado-¿Sabes por qué tu oponente soy yo y no cualquier otro de los hombres de la sargento Phoenix o de la teniente Johnson?

El dolor que Rito sentía invadía su espalda y no podía incorporarse. El arma de Grant era realmente peligrosa.

¿Porque eres el único con suficiente complexión para aguantar un golpe mío?-preguntó Rito mientras hacía por levantarse.

Porque te regeneras.-respondió Grant con una sonrisa macabra-Si Delacroix te volase un brazo con sus explosivos, te volvería a crecer. Si fueras atravesado por los arpones de Silver, tus agujeros se cerrarían. Nos han explicado la naturaleza de tu poder en las reuniones estratégicas. ¿Cómo vas a regenerarte cuando algo no está dañado? ¡Sólo yo puedo infligirte un dolor que no tiene nada que ver con una cura! ¡Eres mío!

Aprovechando que Rito seguía en el suelo, Grant comenzó a golpearlo con su bastón en todas las partes del cuerpo. El dolor invadía el cuerpo del Taimanin, impidiéndole todo tipo de reacción.

¡TE LA ESTÁS GANANDO, HIJO DE PUTA!-el joven ninja no podía sino gritar, fruto del dolor y la rabia.

¡No puedes hacer nada para pararme!-exclamaba Grant entre risotadas-¡No se puede regenerar lo que no está roto! Sólo tengo que seguir causándote dolor hasta que pierdas el conocimiento, ¡JAJAJAJAJA! Pensaba que este combate iba a ser fácil para mí, pero jamás imaginé que fuera a ser TAN fácil.

¡MALDITO CABRÓN!-gritaba Rito mientras aguantaba los golpes-¡NO TIENES NI IDEA DE LO QUE ES MI PODER EN REALIDAD!

Estás perdiendo la cabeza del dolor, ¿verdad?-se mofó el chico con gafas-¿Quién es el incompleto ahora?

¡RAAAAAAAAAAAGHHHHHHHHH!-gruñó Rito.

Con su dolorido y entumecido brazo derecho, el ninja agarró el bastón de Grant, pudiendo frenar la cadena de golpes. Sentía que su mano iba a explotar, pero decidió continuar así el tiempo suficiente como para lanzar un potente puñetazo contra el soldado para, por fin, quitárselo de encima.

¡HIYAAAA!-gritó el Taimanin victorioso mientras lanzaba al soldado por los aires.

Se levantó y apretó los puños en señal de insumisión.

Un desgarro muscular.-comentó entre jadeos-Justo lo que necesitaba para burlar tu mierda de estrategia sádica. Ninpô – Fushikakuzei!
(¡Arte ninja! ¡Despertar del inmortal!)

Rito se cubrió de una luz verdosa que regeneró las heridas internas que se había hecho al mover los brazos con tanta fuerza teniéndolos agarrotados y magullados. Esto logró que desaparecieran todos sus dolores.

¡Maldito psicópata!-bramó Grant mientras se masajeaba la mandíbula con una mano por el golpe que le había dado Rito-¿Te has hecho daño a propósito para regenerarte?

Es algo que puedo permitirme.-respondió Rito-¡Soy inmortal!

Tienes que estar bromeando…-el soldado se llevó las manos a la cabeza.

Una broma es lo que te va a parecer el infierno cuando te mande allí después de la paliza que te acabas de ganar.-lo amenazó Rito-¡Quítate las gafas si no quieres que acaben hechas polvo!

Grant se preparó para recibir a Rito, que avanzaba corriendo hacia él, con un golpe seco de su bastón, pero el ninja lo rodeó, lo agarró por la espalda y lo sometió contra el suelo con una brutal llave de lucha libre.

¡ARGH!-gritó el soldado-¡Un Suplex! ¡No eres ningún principiante!

No conforme con aquello, el Taimanin cambió de posición, agarró a su enemigo de diferente manera, saltó y lo volvió a estampar contra el suelo con una llave aérea.

¡No saborearás un Power Bomb como éste todos los días!-exclamó el chico de pelo verde orgulloso.

El Taimanin cambió de estilo y, una vez hubo reducido a Grant en el suelo, le atrapó un brazo con una técnica de Aikido con objeto de causarle una luxación.

¡Despídete del brazo con el que agarras ese bastón del demonio!-bramó Rito.

¡No te lo permitiré!-le rebatió el soldado.

Haciendo un movimiento de tijeras con sus piernas, fustigó a Rito, rompiendo la tensión en su agarre y pudiendo así sacar su brazo de tan peligrosa situación.

Voy a anularte totalmente.-amenazó Grant mientras volvía a agarrar su bastón.

¡A callar!-Rito hizo caso omiso de las amenazas de su oponente.

El Taimanin levantó la pierna izquierda y dejó caer el talón sobre la cabeza de su oponente, dejándolo doblado unos segundos, el tiempo suficiente como para hacerle una llave de Judo y colocarlo de nuevo en el suelo.

¡Despídete!-gruñó el ninja dispuesto a pisar con fuerza el estómago de su enemigo.

Grant levantó una pierna y chocó su pie con el de Rito, parando el pisotón.

¡Qué fuerza!-maldijo el soldado para sus adentros-¡Me va a partir la rodilla si sigue así!

Es su pierna contra la mía.-pensó Rito-Si me pasa algo, me regeneraré. Si le pasa algo a él, estará fastidiado.

El soldado vio un atisbo de esperanza: su bastón estaba en el suelo al alcance de sus manos. Lo agarró y, con él, lanzó una estocada recta con la que acertó al Taimanin en la entrepierna, aprovechándose de que tenía las piernas separadas para el pisotón.

¡AGH, MIS HUEVOS!-gruñó Rito-¡ESO ES JUGAR SUCIO, HIJO DE PUTA!

¡Todo es válido en el campo de batalla!-se jactó Grant mientras se levantaba-¡Has aguantado bien, pero SE ACABÓ!

Rito fue golpeado fuertemente en el cuello con aquel bastón amplificador del dolor. Cayó de espaldas contra una pared y rápidamente fue golpeado en todas las articulaciones.

Antes le he dejado que se moviera.-pensó Grant-Si soy lo bastante rápido como para castigar todas sus articulaciones con una sarta veloz de golpes, no podrá relajársele ninguna lo suficiente como para golpearme, no sufrirá ningún desgarro muscular y, por tanto, no se regenerará. Aún puedo dejarlo sin conocimiento. ¡Este combate es mío!

Ingenuo.-pensó Rito mientras las lágrimas de dolor amenazaban por salir de sus ojos-Hazme más daño, vamos. No podré moverme durante tu paliza, pero no lo necesito para devolvértela. No sabes nada, incompleto de mierda.

¡La picadura de un mosquito es más dolorosa que tus golpes birriosos!-el ninja provocó al soldado-¿No vas a golpearme en serio? ¡Así no vas a conseguir nada, gruñón penoso!

¡NO TE BURLES DE MÍ!-Grant reaccionó con un grito impositivo e intensificando sus golpes.

Sigue así.-pensó Rito-Vamos, continúa. Excita mis nervios tanto que al menos uno de ellos llegue a deformarse por exceso de impulsos eléctricos. La mínima desviación permitirá que mi regeneración se active y, entonces, ¡OH, POBRE DE TI!

El soldado continuó golpeando al joven Taimanin.

¡Caerás derrotado por el dolor!-gruñía Grant.

¡POR FIN!-gritó Rito con lágrimas en los ojos-¡ME HAS QUEMADO UN NERVIO! NINPÔ – FUSHIKAKUZEI!

La luz verde en la que se envolvió Rito para curarse de su rotura interna empujó a Grant lejos de él.

¿Qué diantres…-Grant se sorprendió.

Si excitas mis nervios con impulsos no deformadores pero abusas de la intensidad y/o de la frecuencia, puedes llegar a crear una modificación negativa en mi cuerpo y, por tanto, forzarme a regenerarla.-explicó Rito-El hecho de haber elegido combatir conmigo “porque me regenero” no hace que puedas vencer mi habilidad natural. Tal vez puedes durar más contra mí que otros con armas destinadas a destrozar cuerpos, pero eso no te librará de la amarga derrota que vas a sufrir hoy. ¡QUE TE DEN POR EL CULO!

Rito saltó y embistió con gran fuerza a Grant con los dos pies. El golpe sonó atronador, y el soldado voló por los aires. Por su parte, el Taimanin cayó de pie al suelo con una elegante voltereta. Sin dejar que el aturdido soldado se recuperarse, Rito se acercó a él corriendo y lo atrapó con una violenta y fugaz combinación de puñetazos.

¡Te voy a hacer harina, cabrón!-gritó el Taimanin.

A Grant, que se le había vuelto a caer el bastón, no le quedaban muchas opciones, así que decidió lanzar puñetazos él también. Tras un largo y doloroso intercambio de golpes, el soldado decidió desequilibrar  a Rito con un rodillazo en el abdomen y, acto seguido, someterlo con varios puñetazos.

No eres del todo malo.-reconoció Rito-No obstante, aún me duelen los huevos por culpa de tu mierda de bastón y no voy a perdonar ninguna ofensa a las partes más sagradas de mi cuerpo. ¡Feliz vuelo sólo de ida!

El Taimanin agarró al soldado de los hombros, lo zarandeó y, tras golpearlo varias veces contra el suelo y las paredes, lo lanzó muy lejos. Con una agilidad impropia de alguien tan magullado y castigado, Grant agarró su bastón en pleno vuelo, asegurándose de que caía con él en la mano. Lo clavó en el suelo para amortiguar la caída y lo usó como apoyo para incorporarse. Acto seguido, tocó un botón oculto que llevaba en el mango, el cual comenzó a brillar y a abrirse amenazadoramente.

Tenía esto reservado en caso de catástrofe, pero creo que ésta es una causa sobradamente justificada.-dijo Grant-Éste es el auténtico adiós. Hidden Punishment!
(¡Castigo oculto!)

Del mango del bastón salieron varios misiles de pequeño tamaño que volaron amenazadoramente hacia Rito.

¡Ni tu regeneración podrá salvarte si las explosiones te hacen cenizas!-gritó Grant cantando victoria.

Ninpô – Dôton no Jutsu! Nessa no Senpuu!-exclamó Rito.
(¡Arte ninja de la tierra! ¡Remolino de Arena Tórrida!)

El chico asió su maza, comenzó a girarla y produjo un enorme tornado de arena a muy alta temperatura. Los misiles no pudieron vencer la ingente fuerza de aquel temporal, por lo que volaron en sentido contrario y acabaron por explotar, liberando unas catastróficas olas de fuego y energía, demasiado grandes para el pequeño tamaño de los misiles. Así, Rito se salvó de un ataque mortal y Grant quedó atrapado entre las ondas expansivas, siendo finalmente sepultado en el suelo.

Chúpate ésa, cabrón desequilibrado.-dijo Rito con satisfacción-Y venga ya, que he jugado a muchos videojuegos y sé que en estos casos SIEMPRE se levanta el enemigo que se da por derrotado en primera instancia.

Es curioso que pienses en algo tan trivial cuando estás jugándote la vida en un combate…-dijo a duras penas Grant mientras se levantaba.

Lo sabía.-se limitó a comentar Rito.

Mi bastón nunca hará que Rito Sonozaki caiga inconsciente, me lo ha demostrado negando las dos únicas posibilidades que tenía.-pensó Grant-Mis misiles ocultos Hidden Punishment son de un único uso y tengo que recargar en el cuartel general porque no puedo llevar esa munición tan peligrosa encima. Esto hace que sólo me quede una opción.

El soldado se bajó la cremallera de la chaqueta. Acto seguido, se desabrochó los pantalones.

Haciéndome un striptease no vas a lograr que me apiade de ti.-dijo Rito con seriedad.

No es mi cuerpo desnudo lo que está debajo de este uniforme.-respondió Grant-Es mi verdadero arsenal de combate.

El joven soldado lanzó su ropa por los aires, revelando lo que llevaba debajo. Una camiseta negra sin mangas de fibra elástica muy ajustada. Pantalones rectos de camuflaje negro, rojo, gris, plateado y blanco. Botas altas de color negro metalizado por fuera de los pantalones con una tira de algo que parecía neón rojo en las suelas. En las manos llevaba unos mitones negros con el mismo tipo de neón rojo  que las botas. Al ir tan destapado y apretado en comparación con su anterior indumentaria, holgada y poco reveladora, la forma de su cuerpo podía apreciarse claramente. Era bastante musculoso, sus brazos estaban muy bien trabajados y se le marcaban los pectorales y los abdominales. Probablemente sus piernas serían también musculosas, aunque no se veían con los pantalones, cuyo diseño de camuflaje parecía brillar extrañamente. Inexplicablemente, sus gafas seguían intactas, sin absolutamente ningún rastro del feroz combate.  Ceñida a la camiseta llevaba una correa en diagonal de color rojo de la que colgaban unas piezas redondas de color gris metalizado que parecían granadas.

¡Bonito look!-comentó Rito con una sonrisa-¡Y mira qué músculos! Me encanta, tío, tienes un cuerpazo.

¿Podrías dejar de hablar como si fuéramos amigos?-preguntó Grant cortantemente.

Lo siento, macho: cuando veo unos músculos así, me emociono.-respondió Rito encogiéndose de hombros-Te han debido de costar muchas horas de entrenamiento. ¡Enhorabuena!

¿Te ríes de mí?-inquirió Grant.

¡Lo digo en serio!-respondió Rito con fingido compañerismo.

No hay que tener un doctorado para ver que tienes el triple o el cuádruple de masa muscular que yo.-dijo Grant tajantemente-Parece que te estás burlando de que tenga menos… ¡como si tu cuerpo de culturista te hiciera superior!

No me burlo de ti.-dijo Rito-Tu cuerpo me parece realmente bonito. No me enseñarías las ingles, ¿verdad? Seguro que se te marcan como cortes de una katana en una plancha de acero… y me encanta eso, joder.

¡Basta de bromas!-bramó el soldado-¡Me tienes harto! Veamos si puedes con mis manos expertas en infligir dolor ahora que no tengo una ocupada sujetando un bastón.

Sin ese bastón no eres más que un enclenque al que puedo vapulear a placer.-Rito le guiñó un ojo-¡Toma esto!

Y veamos si mi hipótesis sobre esas luces de su traje es cierta…-pensó mientras lanzaba un puñetazo.

Grant paró el puñetazo con la palma de una mano. No necesitó hacer mucha fuerza, pues, al tocar la mano de Rito, éste empezó a sentir un gran dolor.

¿Sorprendido?-preguntó Grant con una sonrisa.

Lanzó una patada giratoria alta, impactando en la cara del Taimanin y lanzándolo por los aires, causándole, de nuevo, gran dolor.

Esa cosa que brilla en tu ropa es el material, la tecnología o lo que cojones sea que lleva tu bastón para amplificar el dolor, ¿verdad?-Rito lanzó su reflexión en voz alta.

¿Cómo lo has averiguado tan rápido?-se sorprendió el soldado.

Bueno, soy demasiado inteligente para cualquiera de vosotros.-explicó el ninja-Me disculparía, pero no tengo motivos.

Ahora que casi todo mi cuerpo es igual que mi bastón, las superficies de contacto con el enemigo son más grandes.-pensó Grant-¡Seguro que así consigo dejarlo sin conocimiento! ¡Es la única forma de parar a esta bestia! Normalmente, las personas tan entregadas a su cuerpo no cultivan tanto su mente porque no reúnen tiempo, pero este tipo es tan fuerte como inteligente… ¡Rito Sonozaki es un monstruo aunque me duela admitirlo! En cualquier caso, ¡no está todo perdido!

Rito se preocupó por volver a agarrar su maza para contraatacar todos los golpes de Grant, quien no tardó en utilizar sus manos y sus pies para lanzar ágiles y feroces golpes. Si conseguía golpear al Taimanin al menos una vez, lograría someterlo de nuevo, esta vez con una intensidad sin igual. No obstante, él no se dejaba avasallar y contraatacaba todos los golpes usando su doble maza como si fuera un palo largo.

Tengo que tener cuidado de no golpearle en las piernas ni en las manos.-pensó Rito-Me haré más daño del que podré hacerle a él. A partir de ahora, debo lanzar sólo ataques altos… ¡como éste!

En un momento de descuido de Grant, Rito usó su maza como pértiga y se propulsó hacia él con una patada aérea. El soldado aprovechó inteligentemente la distancia que su contendiente había logrado y saltó hacia él, agarrándose a su cintura haciendo una pinza con las piernas. Al estar todo su pantalón recubierto de la fibra brillante que causaba el dolor intenso, la franja que Grant recubrió en el cuerpo de Rito comenzó a arder.

¡Este dolor es mucho peor que el de antes!-pensó Rito sintiendo de nuevo sus lágrimas intentando brotar-¡Menudo psicópata! Sin embargo, ahora no puede castigarme los brazos, por lo que… ¡se va a ir a la mierda!

¡FUERA!-chilló Rito mientras propulsaba a Grant hacia arriba de un codazo ascendente.

En pleno vuelo, el Taimanin lo interceptó y lo lanzó lejos de él de un puñetazo.  Grant apoyó las manos en el suelo y se colocó como si estuviera haciendo flexiones de pecho, posición desde la que se incorporó de nuevo.

Que sepas que ahora la distancia no es problema para mí.-dijo Grant arrancándose una de las piezas metálicas que colgaban de la correa de su pecho.

Lanzó aquel objeto que parecía una granada. Explotó, pero no liberó fuego ni llamas, sino una onda electromagnética de gran radio que atrapó a Rito que le causó grandes dolores en todo el cuerpo.

¡Mierda!-pensó Rito-¡Vuelvo a no poder moverme!

Cambiando intensidad por área tengo que ser capaz de hacer que se desmaye sin deformarle los nervios y que se vuelva a regenerar.-pensó Grant-Si castigo todo su cuerpo a la vez con una onda que se conduce por la propia electricidad de sus nervios, ¡tengo que conseguirlo!

El joven soldado lanzó más de esas granadas hacia Rito. Las ondas electromagnéticas lo atraparon en una pesada y desoladora espiral de atroz dolor.

¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARGHHHH!-gritaba el Taimanin.

¡Lo conseguí!-pensó Grant-¡Un golpe en la cabeza y haré que esa bestia se duerma!

Grant se colocó al lado de Rito, que estaba en el suelo retorciéndose, y se preparó para patearle la frente con el talón, pero el Taimanin dio un cabezazo contra el suelo, provocándose una pequeña brecha que le permitió disparar sus poderes regenerativos. De esta forma, rodó por el suelo para evitar el talonazo de Grant y se levantó de nuevo.

¿Hasta qué punto llega tu masoquismo?-preguntó Grant.

No voy a darte el gusto de caer ante tus patéticos ataques.-dijo Rito-Manipulas el dolor porque no tienes fuerza, porque no tienes capacidad para vencer en un combate sin un arma que no esté trucada. ¡Ya me has hartado!

Grant se fijó en que en el lugar donde Rito se había dado el cabezazo a propósito no había ni una gota de sangre. Tal y como le habían explicado, la sangre de aquel chico siempre volvía a su cuerpo.

Incluso cuando mi táctica parece que va a surtir efecto, él encuentra una forma de burlarla.-pensó Grant apabullado por la situación-Es formidable, y yo estoy jodido.

Por tu cara podría leer tus pensamientos.-dijo Rito con una gran sonrisa-Te he dejado sin trucos bajo la manga, ¿verdad? No hay nada que puedas hacer para vencerme… ¡y menos ahora que me has terminado de tocar las narices! Por culpa de tus estúpidas granadas, las ondas de dolor han recorrido TODO mi cuerpo. ¡TODO! Justo cuando el picor de huevos que me has causado estaba remitiendo, vas y lo reactivas. ¡Eres un auténtico cerdo!

Lo reduce todo a bromas sobre sus genitales, exactamente igual que un niño, con la misma sonrisa candorosa.-pensó Grant-¿Tal es su nivel de genialidad que me toma por un juguete, por una cosa de niños? ¿A mí, a Grant Steeler? En la vida me había sentido tan humillado…

¡Gracias por quedarte como un pasmarote mirando las musarañas!-gruñó Rito mientras corría hacia Grant-¡TRÁGATE ESTO Y MUERDE EL POLVO DE UNA VEZ!

El joven Taimanin hizo una increíble pirueta en el aire y, con ella, agarró el cuello del soldado con las dos piernas haciendo una pinza, arrastrándolo con la pirueta y terminándola estampándolo en el suelo.

Qué increíble Frankensteiner…-susurró Grant entre toses.

Te equivocas, hijo de puta con cuerpazo.-le corrigió Rito-Eso no ha sido un Frankensteiner, ha sido un Hurricanrana. ¡ESTO es un Frankensteiner!

Rito saltó por encima de Grant con las piernas abiertas, le cayó sobre los hombros, apoyando cada pierna en uno de los hombros, entrecruzó los pies para atraparle el cuello y dio una voltereta hacia atrás, apoyando las manos en el suelo y catapultándolo contra una pared lejana con la que se chocó de cabeza.

No puede…-gimió el militar-…ser… ¿estoy… acabado…?

Sí.-respondió Rito secamente antes de quitarle el conocimiento con una patada en la cabeza.

Tras acabar el combate, el Taimanin agarró el cuerpo de Grant y lo colocó en una posición conveniente. Le quitó un mitón.

Me llevo esto para investigar qué clase de material es éste con el que puedes causar tanto dolor.-dijo Rito en voz alta.

Tras ello, le quitó las gafas.

Me llevo tus gafas para analizarlas y saber qué las hace indestructibles.-continuó hablando con el soldado inconsciente-Y…

Con cuidado de no dañarse las manos, le desabrochó el cinturón y le retiró ligeramente los pantalones hacia abajo. Se quedó mirando las marcadas ingles del militar.

¡Lo sabía!-exclamó Rito con una sonrisa-¡Son preciosas! Entre la paliza que te he metido, lo que hemos sudado y el cuadro que me has pintado, creo que me voy a hacer la paja de mi vida cuando toda esta mierda acabe. Tengo curiosidad por ver cómo tienes el miembro, pero no voy a exponerlo: tienes derecho a la intimidad. Soy mejor persona que tú. Tú sólo eres un hijo de la gran puta.

Tras terminar su discurso, Rito volvió a dejar los pantalones de Grant perfectamente colocados y ajustados, con el cinturón abrochado.  Acto seguido, echó a andar en busca de sus compañeros. No muy lejos de él, vio saltar chispas en el aire y caer un rayo.

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